La era de los drones

La filmografía futurista está inundada de películas en las que los protagonistas se desplazan en vehículos aéreos no tripulados (UAVs). Muestra de ello son, por ejemplo, Blade Runner o El Quinto Elemento. Cada día la realidad nos acerca más a esa ciencia ficción que parecía pura quimera hace años y hoy es patente realidad. Los drones se usan en nuestro día a día en tareas tan útiles como la cartografía, inspecciones industriales, filmar documentales, reforestación de bosques, fumigación agrícola o fines recreativos. En poco tiempo serán también habituales como aerotaxis, transporte comercial o distribución. Amazon está gastando ingentes cantidades de dinero en desarrollar el uso UAV en su cadena de suministro, algo que ocurrirá con plena seguridad en poco tiempo. En las primeras ciudades 2030 que se construyen en el mundo, denominadas Neom y The Line, en Arabia Saudí, llevan realizada una primera inversión de 175 millones de dólares en la compañía Volocopter, Grupo Daimler, para introducir los aerotaxis en el gigante del Golfo, garantizando la movilidad interurbana. El producto estrella es, de hecho, la aeronave Volocopter 2x, una suerte de taxi-dron de ala rotativa con capacidad para transportar dos pasajeros, autonomía de 27 minutos a 50 kilómetros/hora, con carga máxima de 160 kilos. Una versión más avanzada es el VoloConnet, de 4 plazas y 100 kilómetros de autonomía y velocidad máxima de crucero de 250 km/h. En 5 años empezaran a funcionar también en Dubai como taxis voladores. En NeomCity habrá en principio una flota de 15 aerotaxis eVTOL (despegue y aterrizaje vertical) que comenzará a realizar tareas en tres años. En fase de pruebas, un VTOL eléctrico de 18 rotores ha estado sobrevolando más de un centenar de lugares, la mayoría en Alemania. La versión taxi se llamará VoloCity y la de carga VoloDron. Ya hay reservas para los primeros viajes en este multicóptero de despegue verticalizado, denominado VoloFirst, al precio de 300 euros por 15 minutos de trayecto. Compañías como Airbus, Boeing o Audi tienen sus propios prototipos. Y Lilium Jet un avión-dron personal con 36 motores eléctricos y 300 kilómetros de autonomía.

El mayor desarrollo de drones está en el ámbito militar. Lo vemos en la guerra de Ucrania y lo vimos en el conflicto del Nagorno Karabaj, que ganó Azerbayán a Armenia por el uso de voladores autónomos. El ejército ucraniano usa el famoso “kamikaze” de origen norteamericano, y otros de la OTAN y el Bayraktar turco con bombas guiadas por láser. Rusia utiliza el Shahed136 iraní, de difícil detección para los radares, amén de propios como el Kub-bla o Eleron-3. Los chinos tienen muy desarrollado el cuadricóptero Mavic 3 y España trabaja en el eurodrone.

Ante el aumento de la movilidad aérea por drones, el gran desafío que tienen hoy los sistemas de control aéreo es ordenar el espacio para que el tráfico autónomo a gran escala sea seguro, y eficaz contra ciberataques.