
La situación
Le exijo al secretario general
«El sueldo de varios miles de personas depende directamente de que se mantenga en pie el edificio de Pedro Sánchez»
«Le pido, no; le exijo al secretario general que siga», dijo con su habitual mesura y comedimiento el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien, previsiblemente, tiene a los altos cargos de su departamento preparando un detallado dossier sobre el último caos ferroviario. Es el asunto de interés público sobre el cual ha mostrado menos interés en expresar su punto de vista en los últimos días. Sí lo hizo –como acaba el lector de comprobar en la frase que encabeza este artículo– en el Comité Federal del PSOE, sobre la situación de su partido.
Otro ministro, Óscar López, fue preguntado por Carlos Alsina en Onda Cero sobre el motivo por el cual el presidente del Gobierno no se somete a una cuestión de confianza. La respuesta no resultó muy explicativa ni argumentada, pero sí contundente: «pues porque no». Y desafió a Feijóo a presentar una moción de censura. Estos son solo dos ejemplos del punto de cocción en el que se encuentra el guisado en las entrañas del poder. La cocina de una crisis política pasa por varias etapas: negación de las informaciones iniciales; críticas a los medios que las publican; cuando el caso llega a la Justicia, cuestionamiento de los jueces; y, a partir de ahí, batalla a campo abierto, porque ya no importan los argumentos, sino matar o morir. Para conseguirlo –para matar y no morir–, es necesario mantener prietas las filas. Y, siendo así, quien discrepa es un traidor. En el caso que nos ocupa, Emiliano García-Page, al que Óscar Puente descalifica por dejarse entrevistar por medios que al ministro no le caen simpáticos. ¡¿Qué mayor prueba de traición puede haber?!
La determinación por mantener el poder ejerce de potente goma adhesiva. Es una decisión política, pero también es una cuestión de calidad de vida para varios miles de personas cuyo sueldo depende directamente de que se mantenga en pie el edificio de Pedro Sánchez, y cuyo arquitecto fue, según confesión propia, Santos Cerdán. No parece que los pilares de esa construcción sean muy sólidos. Los expertos en la materia suelen decir que los edificios tienden a no caerse. Pero, a veces, colapsan.
✕
Accede a tu cuenta para comentar