
El observador
De Fiesta
Han pasado los años, y aunque las cosas han cambiado bastante, eso sí «El Paquito Chocolatero» se sigue escuchando, la esencia de los festejos populares es la misma
España está de fiesta. Y no es por las 18 medallas conseguidas en los Juegos Olímpicos de París, cinco oros, cuatro platas y nueve bronces; ya que se esperaba superar el récord de las 22 de Barcelona 1992, ni porque está a punto de comenzar la Liga de fútbol, con el todopoderoso Real Madrid y su estrella rutilante Kylian Mbappé, sino porque llega uno de los momentos más especiales para los pequeños pueblos de nuestro país, sus fiestas patronales.
Durante los próximos días miles de rincones de España se vestirán con sus mejores galas para honrar, como se merece, a sus patrones o patronas, sacar a sus santos o vírgenes a la calle, y olvidarse por un rato de las dificultades que se han vivido durante todo el año.
Las fiestas populares son un momento muy especial para los lugareños, ya que ven como sus pueblos se llenan de gente, es momento de reencuentros con los amigos que tuvieron que emigrar para buscarse un futuro y que solo se ven una vez al año, y es cuando los ayuntamientos echan el resto para ofrecer a sus vecinos y visitantes un variado programa repleto de actividades para todas los públicos.
Yo recuerdo esos días cuando mis padres nos montaban, a mi hermano y a mí, en el flamante Renault 9 blanco para ir hasta San Pedro de Latarce, un pequeño pueblecito vallisoletano frontera con la provincia de Zamora, para disfrutar de sus fiestas en la que las verbenas, las carreras de sacos, las tómbolas y las actividades deportivas eran protagonistas y hacían las delicias de pequeños y no tan pequeños del lugar. Han pasado los años, y aunque las cosas han cambiado bastante, eso sí «El Paquito Chocolatero» se sigue escuchando, la esencia de los festejos populares es la misma; fiesta, diversión, camaradería y reencuentro.
También, por desgracia es momento de excesos, de pasar el límite. Por eso desde los ayuntamientos se recomienda disfrutar al máximo de los festejos, pero con moderación, para evitar circunstancias desagradables y honrar a los patronos como se merece. Ahora es momento de disfrutar, de pasarlo bien y que las nuevas generaciones dejen a un lado las nuevas tecnologías para gozar a tope con las tradiciones. ¡Vivan las Fiestas de los Pueblos!
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