
El Trípode del sábado
Un gobierno sin justicia es una «banda de malhechores»
El actual Frankenstein está totalmente rodeado por la acción de la Justicia, que investiga al círculo familiar de su presidente
«La política rectamente entendida como servicio al bien común, puede llegar a ser una práctica eminente de la virtud de la caridad». Estas palabras resonaron cuando el que fuera Lord Canciller de la Gran Bretaña, Tomás Moro, sería proclamado por san Juan Pablo II patrono de los políticos y los gobernantes, en el contexto del Gran Jubileo del Tercer Milenio, el año 2000. Ya mucho antes, en el siglo IV san Agustín, había escrito que «un gobierno no sujeto a la acción de la Justicia, no se diferencia de una banda de malhechores». Ya más reciente, y en un plano estrictamente político y partidista, el mismo Alfredo Pérez Rubalcaba (qepd) sabedor del Gobierno que Sánchez pretendía conformar tras sus dos estrepitosas derrotas electorales y sucesivas en apenas seis meses, promovió su cese de la secretaría general del PSOE por el Comité Federal, un 1º de octubre de 2016. A ese gobierno lo calificó de Frankenstein al pretender formarse con 84 diputados y aliado a Podemos, ERC, Bildu, Junts y el PNV. Menos de dos años después, accedía a La Moncloa apoyado en los votos de ese puzle partidista siendo el primer gobierno realmente Frankenstein –monstruoso– de la Historia de España. Han transcurrido seis años y medio desde entonces, y el tiempo le da la razón absoluta al anterior secretario general socialista. El actual Frankenstein está totalmente rodeado por la acción de la Justicia, que investiga al círculo familiar de su presidente, a su partido por presuntas bolsas de billetes en Ferraz e incluso a su fiscal general por un presunto delito de revelación de secretos para dañar a una adversaria política de «su» gobierno. A su vez, su anterior mano derecha en La Moncloa y ahora jefe de su partido en Madrid y ministro, acusa de «prevaricador» al juez que investiga a la mujer de Sánchez. Y tras aparecer «casualmente» sin mensajes el móvil de su fiscal general entre los días 8 y 14 de marzo pasado, plazo que otro juez instructor había encargado investigar a la Guardia Civil, Sánchez se atreve a decir que hay que pedirle perdón. De un monstruo se «espera» que provoque monstruosidades, y en verdad es lo que vemos actualmente en España, si a toda esa batería de casos judiciales, le añadimos además que quien realmente está al frente del Frankenstein, es un político separatista, prófugo de la justicia tras encabezar un golpe de Estado contra el «fundamento de la Constitución» y residente en el extranjero. Consideren si es aplicable, (o no) a este «monstruo», el calificativo de san Agustín para ese tipo de gobiernos no sometidos a la Justicia.
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