Editorial
La izquierda fracasa en violencia de género
Los remedios simples a fenómenos complejos alimentan la propaganda, pero no protegen a la sociedad. Sin un diagnóstico certero, alejado de consignas y frivolidades, será imposible enfocar las causas reales y planificar actuaciones que sirvan exclusivamente a las víctimas y al interés general
Acabamos de sufrir otra jornada negra para la lucha contra la violencia género con cuatro mujeres y dos niños asesinados. Es una lacra contra la que los avances no son los que se esperan de una potencia europea. Se han sucedido las condenas y las ventajistas lecturas mientras la tragedia se deshumaniza entre soflamas y moralinas. Cuesta encontrar en la escena institucional una reflexión, un análisis o una aportación que aborde la pesadilla sin apriorismos, en su compleja naturaleza, en la comparativa con otros países, en los errores cometidos... Sin doctrinarismos al uso, desde el rigor y la seriedad. Y cabe esencialmente atribuir esa aproximación desvirtuada a la izquierda, especialmente agudizada en estos años de sanchismo, que han convertido la violencia de género y la igualdad en campo de batalla contra la derecha y muro divisivo para los ciudadanos según abrazaran o no los dogmas del pensamiento único. Como es habitual en este gabinete, la distracción, las cortinas de humo, los fuegos de artificio han sido armas para que su responsabilidad en la prevención, protección y persecución relacionada con estos crímenes quedara a salvo entre tanta desolación. La verdad expresada a través de los datos ha consumado un fracaso sin paliativos de la izquierda en estos seis años de hegemonía política, a pesar de haber dedicado ingentes partidas presupuestarias a lo que debiera haber sido el fin exclusivo, el amparo de las víctimas, de todas ellas. Los más de 2.000 millones de euros destinados no han revertido la deriva aciaga. 2023 fue el peor año del sanchismo con 57 mujeres asesinadas, una cifra que superó a las 56 de 2019, su primer ejercicio completo en la Presidencia. Que España haya retrocedido 13 puestos en el Índice de Mujeres, Paz y Seguridad hasta el número 27 en un solo año debería haber hecho recapacitar a cualquiera en cuanto ha supuesto de enmienda a la totalidad de una acción de gobierno que tiene el feminismo y la igualdad como reclamos. A estas alturas nos parece imposible que el PSOE, Sumar y sus socios estén en condiciones de virar 180 grados en un rumbo que garantiza drama, dolor y desesperanza. Al contrario, se aferran al discurso simplista y tendencioso que nos aboca a la resignación, que da por hecho que no podemos aspirar a algo mejor. No es así. Despolitizar y desideologizar es imprescindible. Sánchez nunca lo hará. La primera reacción del Gobierno al sábado negro consistió en señalar a la derecha y al mantra negacionista. El machismo, como eje del mal. Pero EEUU y Europa han identificado hasta 20 factores de riesgo individuales que ayudan a explicar el perfil del agresor con el machismo como uno más. Los remedios simples a fenómenos complejos alimentan la propaganda, pero no protegen a la sociedad. Sin un diagnóstico certero, alejado de consignas y frivolidades, será imposible enfocar las causas reales y planificar actuaciones que sirvan exclusivamente a las víctimas y al interés general.
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