
El trípode del martes
Lourdes: «Soy la Inmaculada Concepción»
El 11 de febrero es una fiesta extendida por todo el orbe católico, que conmemora una de las Mariofanías más veneradas de la bimilenaria Historia de la Iglesia
El 11 de febrero es una fiesta extendida por todo el orbe católico, que conmemora una de las Mariofanías más veneradas de la bimilenaria Historia de la Iglesia: Lourdes. Sin duda es así reconocida junto a otras, como el Pilar, Guadalupe, Fátima..., entre las que gozan de un mayor conocimiento y devoción por parte de los fieles de todo el mundo. Es evidente que todas ellas corresponden a la misma persona, la Virgen María, y sus diferentes advocaciones suelen denominarse en función del lugar y las circunstancias en las que se aparece en un momento determinado de la Historia para traer un mensaje al mundo como Madre de toda la humanidad. En Lourdes se apareció por primera vez el 11 de febrero de 1858 a Bernardita Soubirous de 14 años, la mayor de los hijos de una familia muy pobre de la localidad y tendrá 18 apariciones de la Virgen en la gruta de Massabielle hasta el 16 de julio que fue la última. Será el 25 de marzo –fiesta de la Encarnación del Señor– cuando tras preguntarle varias veces quién era, Ella le contestó: «Soy la Inmaculada Concepción». Se lo dijo en «patois» el dialecto de la zona, y Bernadette sin tener ni idea de su significado corrió a comunicárselo al P. Peyramale, párroco de la localidad que le pedía alguna prueba para creer que efectivamente era la Virgen quien se le aparecía. Recorrió todo el camino repitiéndose esa denominación para no olvidarla, y cuando se lo dijo al párroco –que como relataría después– casi cayó desmayado de la impresión que le causó escucharlo. El motivo es que era exactamente el tercer Dogma mariano que la Iglesia había definido solemnemente apenas tres años antes, el 8 de diciembre de 1854, y era evidente que Bernadette lo ignoraba por completo. Fueron numerosas las curaciones milagrosas que comenzaron a producirse por medio del agua que la Virgen había hecho manar de una fuente antes inexistente en el fondo de la gruta, donde ya se congregaban centenares y miles de personas. Autoridades gubernativas así como de la Iglesia, médicos etc., fueron testigos de los hechos que llevaron al obispo de Tarbes a abrir una comisión de investigación integrada por reputados especialistas en la materia que oficialmente declaró el 18 de enero de 1862 –no transcurridos ni 4 años de la primera aparición– que: «juzgamos que la Inmaculada María Madre de Dios, realmente se apareció a Bernadette Soubirous el 11 de febrero de 1858 y días siguientes en número de 18 en la gruta de Massabielle… autorizamos el culto y nos proponemos levantar un Santuario en dichos terrenos hoy propiedad del obispado de Tarbes».
✕
Accede a tu cuenta para comentar