La situación

El perfil de la vicepresidenta

«Aún no se ha conseguido saber qué opina Yolanda Díaz sobre la ley del ‘‘solo sí es sí’’»

El gobierno de coalición progresista –como el presidente gusta en denominar a esa obra tan singular– empezó siendo un pacto de dos fuerzas políticas: PSOE y Unidas Podemos (UP). Cuando, apenas catorce meses después, el líder de UP sintió fatiga por el duro trabajo que suponía gobernar, se inició un progresivo proceso de subdivisión interna, y donde había dos terminaron por aparecer tres. Al sector PSOE y al sector Podemos se les apareció el sector unipersonal Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda no se ha dejado tutelar por quien la aupó a categoría de líder electoral de la izquierda populista, y se gestiona por sí misma.

Su modelo peronista de movimiento político no casa con la obediencia disciplinada a unas siglas como las de UP, especialmente cuando esas siglas son ahora más lastre que motor. Y trata de no ensuciarse con la polvareda que dejan a su paso las ministras de Podemos, con leyes como la de bienestar animal y, por supuesto, la del «solo sí es sí». Cualquier inconveniente puede enturbiar las aspiraciones electorales de Yolanda Díaz que, sin embargo, ha llegado a este día de febrero sin confirmar formalmente su aspiración de encabezar la lista de ese «espacio político» –como se autodenominan para evitar la expresión «extrema izquierda»–.

Dadas esas circunstancias, lo habitual es que la vicepresidenta construya declaraciones públicas del estilo «siempre me encontrarán en el acuerdo», o «seamos discretos en la negociación». Recuerda a la nada con sifón de La Codorniz, aquella genial revista de humor de los años 70: si a un vaso de nada le echas sifón (antigua bebida carbónica que entró en desuso hace años), parece que tiene algo, pero solo es apariencia. Es como llamar sopa a un recipiente con agua caliente.

A fecha de hoy, aún no se ha conseguido saber qué opina Yolanda Díaz sobre la ley del «solo sí es sí» y los 500 delincuentes sexuales que se han beneficiado de esa norma. Y se desconoce, igualmente, si está de acuerdo con el PSOE en reformarla, o con Unidas Podemos en mantenerla. La vicepresidenta aspira a llegar de perfil hasta las elecciones.