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Los puntos sobre las íes

Un poco de respeto a la mafia, señor Feijóo

De los colegas de Torrente Sánchez la más zafia es Leire Díez… y eso que el nivel está altito

De brillante cabe calificar el lema que se ha sacado de la manga Feijóo para simbolizar la manifestación del 8-J contra la casta corrupta que nos gobierna. Un «mafia o democracia» que engancha más aún que ese «derogar el sanchismo» con el que concurrió a las generales que ganó en julio de 2023. Dicen los que más saben de publicidad y propaganda, los anglosajones, que un leit motiv no puede tener más de tres palabras. Algo que, por lo que se ve, tienen muy interiorizado en Génova 13. Mi aplauso ferviente deviene en decepción cuando comparan al PSOE sanchista con la mafia ni más ni menos, es decir, con Cosa Nostra, la Camorra, la ‘Ndrangheta, las tríadas chinas o con ese no tan conocido pero no menos implacable gang que es la Yakuza japonesa. Lo digo porque trazar una analogía entre organizaciones que se dedican a hacer el mal pero de manera seria, metódica y profesional con los mangantes de tres al cuarto que comanda el presidente del Gobierno me parece una falta de respeto a individuos como Al Capone, Lucky Luciano, Totò Riina y, si me apuran, ese gran patrón del mal que fue el afortunadamente desaparecido Pablo Escobar. Torrente Sánchez y sus Malaguitas, sus Tonetis, sus Rafis y sus Remes nada tienen que ver siquiera con la Mara Salvatrucha o los Latin Kings.

Tan cierto es que estamos dirigidos por delincuentes como que son chusma lerda y previsible. A Ábalos no lo admitirían en Cosa Nostra ni de bedel porque allí los indiscretos duran menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Un Ábalos de la vida habría sido ya balaceado por orden del capo di tutti capi por dejar más pistas que aquel ladroncete al que se le cayó el DNI en un alunizaje. En el sindicato del crimen a nadie se le ocurre colocar a la churri o a una lumi en el meollo de la organización, más que nada porque semejante osadía se paga con la vida. Como mucho las enchufan en la empresa de un amiguete. Y qué decir de Koldo García, al que sólo contratarían en la Camorra como rompehuesos y ya ni tan siquiera. Los años no pasan en balde y el aizkolari forzudo de los buenos tiempos nada tiene ya que ver con el de nuestros días, con más celulitis que un luchador de sumo septuagenario. Si Santos Cerdán fuera a pedir curro a Al Capone lo despacharía con cajas destempladas, simple y llanamente porque tiene cara de inútil. La gente normalmente es lo que parece. Como decía San Andrés, el que tiene cara de tonto, tonto es. Y también por el nada despreciable hecho de que en este tipo de colectivos los torpes, los metepatas modelo el carretillero de Milagro, sobran. Leire Díez, la Reme de Torrente Sánchez, tampoco encontraría acomodo en la ‘Ndrangheta o en la Yakuza. No sólo porque sean grupos eminentemente machistas sino porque, además, personas tan poco finas como la fontanera del PSOE ni siquiera entran en el proceso de selección. Los mafiosi de verdad jamás de los jamases aceptarían hablar de cargamentos de droga, de un asesinato o de una extorsión por videoconferencia. Tomarían todas las medidas de seguridad habidas y por haber. Y qué quieren que les diga, de los colegas de Torrente Sánchez la más zafia es Leire Díez… y eso que el nivel está altito. Querido presidente Feijóo, hubiera sido más prudente y riguroso llamarles ladronzuelos, cuatreros, malandrines, cacos, rateros o torrentes. Adjudicarles la etiqueta de «mafiosos» me parece, además, una temeridad. Ya sabe cómo se las gastan los malos de verdad.