Sin Perdón
¿Puigdemont puede acabar con Sánchez?
«El líder de Junts que no tiene ningún interés en apoyar a Sánchez, sino es cambio de cederle la presidencia de la Generalitat»
El resultado de las elecciones catalanas ha dejado sin incentivos a Puigdemont para que mantenga su apoyo a Sánchez. A pesar de la euforia socialista, que es la consecuencia de un análisis cortoplacista y voluntarista, la legislatura se complica y mucho. El apoyo para la investidura fue a cambio de la amnistía. No existe ningún otro compromiso. Es bueno recordar que el líder del PSOE perdió las elecciones y la izquierda no sumaba. Por ello, tuvo que incluir a dos formaciones de centro derecha como son el PNV y Junts. Al primero lo ha comprado a cambio de apoyarle en el País Vasco, así como de otras concesiones a lo largo de la legislatura. El caso del segundo es más complicado, porque Puigdemont exige ahora reciprocidad, ya que ha quedado segundo y con una distancia menor de la que existe en el Congreso entre PP y PSOE. Sánchez tuvo el capricho de seguir en La Moncloa con unos apoyos parlamentarios incoherentes y utilizando la fuerza que le otorga el control de numerosos medios de comunicación. Ahora sucede lo mismo con el líder de Junts, que quiere ser presidente de la Generalitat con el apoyo del PSC.
Es verdad que el aparato propagandístico controlado por La Moncloa está volcado con fe ciega al servicio del sanchismo, pero tan incoherente ideológicamente fue hacer presidente a Sánchez como ahora a Puigdemont. La incógnita reside en saber si Illa podrá formar gobierno. No hay que descartar nada. El escenario es muy complejo, porque ERC asume grandes riesgos si une su suerte al PSC. La primera consecuencia es que Aragonès abandona la primera línea política, aunque será un jubilado de oro a costa de los presupuestos catalanes. Por otra parte, la gobernabilidad en España depende de los independentistas y, especialmente, del líder de Junts que no tiene ningún interés en apoyar a Sánchez, si no es cambio de cederle la presidencia de la Generalitat. No es posible una marcha atrás con la amnistía, salvo disolver las Cortes. A partir de su aprobación, el actual escenario, que está lleno de incertidumbre, se clarifica, ya que el chantaje será permanente. Sánchez afrontará una dolorosa agonía parlamentaria. Le rechazarán cualquier iniciativa legislativa. La moción de censura dejará de ser una fabulación para ser una salida viable al bloqueo político. ¿Dónde está la victoria de Sánchez?
Francisco Marhuenda, es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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