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La reflexión más placentera y la sede vacante de Cibeles

El Banco de España se prepara para un incierto periodo de «sede vacante» a partir del lunes, cuando vence el mandato del actual gobernador, Pablo Hernández de Cos, sin que el Gobierno haya nombrado a su sucesor

Erasmo de Rotterdam (1466-1536) nunca vivió una jornada de reflexión electoral. Quizá por eso, el humanista, filósofo y teólogo católico –a veces crítico–, uno de los grandes referentes del Renacimiento nórdico, pensaba que «la existencia más placentera consiste en no reflexionar nada». Es lo más probable que hagan la inmensa mayoría de votantes españoles en una jornada tan absurda como la prohibición de publicar sondeos electorales los días previos a los comicios. La jornada de reflexión es un día de asueto para los políticos y de descanso de bombardeo propagandístico para los electores. Incluso los más indecisos solo reflexionarán en el último momento, casi frente a la urna. Eso es, por lo menos, lo que dicen los expertos y profetas de la demoscopia que auguran una victoria ajustada del PP de Feijóo, aunque la historia está repleta de previsiones fallidas. Ya lo explicaba Niels Bohr (1885-1962), el padre de la física cuántica, «predecir es muy difícil, sobre todo el futuro».

El Banco de España, al mismo tiempo, se prepara para un incierto periodo de «sede vacante» a partir del lunes, cuando vence el mandato del actual gobernador, Pablo Hernández de Cos, sin duda el mejor en mucho tiempo, sin que el Gobierno haya nombrado a su sucesor. La subgobernadora, Margarita Delgado lo sustituirá de forma provisional, aunque no tendrá todas sus funciones, entre ellas una de las más importantes, un puesto en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), porque es exclusivo del gobernador titular. Pedro Sánchez, que será quien ocupe el sillón del caserón de Cibeles, la sede del banco, juega sus bazas con habilidad y no tiene prisa. La presencia del gobernador del Banco de España en el Consejo del BCE es importante porque tiene voz y voto en las decisiones sobre los tipos de interés. El BCE los redujo un cuarto de punto el jueves pasado, pero es probable que hasta septiembre no tenga el tema sobre la mesa, lo que significa que dejar esa silla vacía hasta entonces tampoco sea capital. La cúpula del Banco de España, además, puede ser otra baza en manos de Sánchez, por ejemplo, con los «indepes» catalanes, para sacar adelante acuerdos para un Gobierno catalán y para prolongar la legislatura. Una ley no escrita habla de un pacto Gobierno-Oposición para nombrar gobernador y subgobernador del Banco de España y hay quien dice que Sánchez lo respetaría a cambio de un acuerdo para el Consejo General del Poder Judicial. No está claro, porque quizá lo más placentero es no reflexionar como intuyó Erasmo.