V de viernes

Regreso al papel

Ante la sobredosis de dispositivos digitales, algunas escuelas acuerdan desterrar los ordenadores, pantallas y teléfonos móviles para volver al lápiz y la cuartilla impresa

Es casi imposible concentrarse en la lectura a través de un celular, en la medida en que por tu pantalla no paran de entrar anuncios, ofertas, nuevos contenidos o cualquier cosa que se le ocurra al algoritmo. Aprender a leer así es tan dificultoso que los resultados sobre el aprendizaje escolar son cada vez peores. Los niños no aprenden a leer sino a ver, y los que antes nos deleitábamos con un libro, ahora nos vamos a la cama con el móvil. Por eso en Suecia han dicho basta ya y han vuelto al papel y al libro impreso. No prohibiendo los móviles, pero sí dejándolos para determinados momentos. La lectura en papel nos concentra sobre aquello que leemos y no nos distrae con avisos, alarmas, ofertas y todo tipo de cybercochambre. De modo que hay que aplaudir esta iniciativa sueca, a la que se suman colegios de élite en todo el mundo, que llegan a la misma conclusión: para aprender y memorizar hay que leer de verdad, concentrarse en la tarea, olvidarse del entorno electrónico, de las redes, y retornar al método de siempre. Claro que esa tendencia al papel no está focalizada sólo en la educación. En USA se extiende la moda entre jóvenes de volver a la agenda de papel, leer periódicos y revistas impresas, enviar christmas en cartulinas y comprar tocadiscos para vinilos, en lugar de los canales de canciones inundados de publicidad o que cobran cantidades indecentes por el servicio premium. Buena idea. Donde esté un libro de papel, que se quiten los electrónicos. Y donde tengamos el vinilo sobra el smartphone. Puede parecer obsoleto, pero no. Es volver a la sensatez. Ahora no memorizamos, porque todo está en la nube. Para qué memorizar si google lo da hecho. El problema vendrá el día en que tengamos un apagón digital. Si no hay archivos en papel, nuestros contenidos guardados ahí arriba se esfumarán. Imaginen: fotos, escritos, fórmulas, documentación. “Es que eso nunca va a ocurrir”, dicen algunos. Ya, y usted qué sabe. La delincuencia digital es cada día peor. Los hackeos están por todas partes. Las redes 5G son más vulnerables que las anteriores, pero menos que las 6G, basadas en extender las comunicaciones inalámbricas. Más rapidez, pero más inseguridad. Por eso es bueno no entregarse cien por cien a lo digital y mantener cierto equilibro. Hombre precavido vale por seis. Y la experiencia nos empieza a decir que, siendo maravilloso el internet, no todo lo que circula es genial. El móvil está acabando no sólo con el libro sino con el transistor, la linterna, el reloj, la calculadora, el televisor, la agenda, la tarjeta de crédito, el dinero en metálico, el almanaque, el periódico, la revista y tantas cosas más. Pero reflexionando un poco, el sentido común nos dice que nunca es aconsejable poner los huevos en un mismo capacho. ¿O no?.