
El trípode
Rusia y el riesgo de un «error humano»
Es un atentado de una especial importancia, tanto por la vulnerabilidad que acredita ante los servicios de inteligencia de Ucrania, como por la eventual respuesta militar por parte de Rusia.
El mundo occidental se está acostumbrando a convivir con situaciones de extrema gravedad que evocan lo que sucedía en Europa tanto en Francia como en Austria, en vísperas de que estallara la que sería la Primera Guerra Mundial. Todas las crónicas de los periódicos de la época (junio y julio de 1914) recogen la absoluta normalidad que se vivía en París y Viena, con los vecinos en las calles, terrazas y paseos y gozando ya del comienzo del verano. Es sabido que el archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona del Imperio Austro Húngaro y su esposa, estaban de visita oficial en Sarajevo falleciendo en un atentado terrorista de un nacionalista serbio. Y pocos días después, comenzaba la contienda más terrible de la Historia hasta ese momento. Actualmente Europa va camino del tercer año de una guerra entre Rusia y EE UU-OTAN, con Ucrania como víctima propiciatoria en disputa. Este martes se produjo en Moscú un atentado contra el general Kiryllov, responsable de las Fuerzas de Defensa NBQ –nuclear, biológica y química– y muy mediático por sus controvertidas declaraciones públicas. Es un atentado de una especial importancia, tanto por la vulnerabilidad que acredita ante los servicios de inteligencia de Ucrania, como por la eventual respuesta militar por parte de Rusia. Este incidente pone de manifiesto que el riesgo de que un «error humano» –por utilizar la terminología usada por Kennedy y Kruschev durante la crisis de los misiles en Cuba de octubre de 1962– pudiera desencadenar una escalada en la guerra de imprevisibles consecuencias. Riesgo que existe también actualmente. Simultáneamente, en Oriente Próximo se ha precipitado en 11 días la caída del régimen político que con el partido árabe socialista Baaz llevaba en el poder más de 50 años ininterrumpidos en Siria. Bashar al Assad ya está en su exilio moscovita y existen muchas incógnitas en torno a lo que ha motivado ese súbito desmoronamiento militar del régimen sirio, dado que la guerra ya duraba 13 años comenzada en 2011 en el contexto de la denominada «Primavera árabe» que pretendía «democratizar» algunos países de la región. Actualmente la especial influencia de Turquía, Israel y EEUU va a decidir la frontera y el gobierno de Siria que hasta ahora tenía en Irán y Rusia sus máximos aliados, con la cada vez más reducida minoría cristiana en riesgo vital. La guerra, comenzada por un ataque terrorista de Hamás que ocasionó más de 1200 víctimas y centenares de rehenes, está en el origen del fin de Al Assad y el debilitamiento del Irán de los Ayatolás. Y también de Rusia… Confiemos que su respuesta a ambos sucesos, no provoque un «error humano».
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