El trípode

El Sánchez palestino

Creer que Sánchez pretende otra cosa con el guion «Palestina», que tener un pretexto para no rendir cuentas de la «Sanchesfera» y despistar a la opinión pública, es no conocerle todavía.

El sanchismo es la versión actual del Frente Popular en España, coalición de izquierdas entre comunistas y socialistas, recomendada en su día por la internacional. Este dato, mera constatación de una realidad histórica, ya da una idea de la «actualidad» de dicha fórmula, propia de la época de la URSS gobernada por Stalin.

Así, en enero de 1936, y para las elecciones convocadas para el 16 de febrero se constituyó el primer –y hasta Sánchez, el único–, Frente Popular en España. Unas elecciones anticipadas, tras el acoso y derribo contra el gobierno de «las derechas» claro ganador en 1933 y que la izquierda no aceptó por considerar que la República «era suya», y un golpe de Estado revolucionario y sangriento en octubre de 1934, deslegitimó totalmente a esos «progresistas». Su fracaso provocó una desestabilización general que llevó al Frente Popular al gobierno con un «pucherazo» electoral demostrado hoy en día, en esas elecciones de febrero.

Esas son las credenciales políticas que puede presentar el sanchismo a los españoles y que ayudan a entender la necesidad de derrotar cuanto antes a un gobierno y una agenda política que llevan a España camino del desastre, como en 1936 llevó a la guerra civil apenas cinco meses después de su pucherazo electoral.

Afortunadamente, en la España y la Europa de hoy, ese riesgo no es algo previsible que pueda revivir, pero la confrontación civil la promueve Sánchez con su apelación constante a los muros y a la Guerra Civil con su memoria histórica, tan democrática que pretende imponerla como obligatoria por mandato legal. Estos hechos de nuestra Historia quiere eliminarlos precisamente para poder imponer un relato que según él, evitaría que España cayera en una total involución política, económica y social.

La lectura de su intervención en la Tribuna del Congreso para justificar la moción de censura que le permitió acceder a La Moncloa tras dos contundentes derrotas electorales, causa vergüenza ajena vista la situación actual. El PSOE, Podemos y Sumar de los gobiernos surgidos de aquella moción de censura, son los mismos –socialismo y comunismo– frentepopulistas al que acompañan los mismos aliados que en 1936: la ERC golpista (de Companys y Junqueras) y el desleal nacionalismo catalán y vasco de siempre. Basta por ejemplo leer los cuadernos de Manuel Azaña de los años 30 para comprobarlo.

Creer que Sánchez pretende otra cosa con el guion «Palestina», que tener un pretexto para no rendir cuentas de la «Sanchesfera» y despistar a la opinión pública, –ante la imposibilidad de no poder siquiera salir a la calle en España–, es no conocerle todavía. Y ya va camino de cinco años.