La siguiente pantalla de la Radio

Esta semana, el pasado lunes 13, la tribu de la Radio ha celebrado su día de fiesta. Naciones Unidas impulsó hace una década esa jornada mundial para reconocer el valor de la Radio como el medio más dinámico de todos los aparecidos en las últimas décadas. No anda falto de base el argumento. La Radio se ha adaptado como ningún otro a los tiempos que le tocaba vivir, ha sabido hacer suya la tecnología y, sin perder su carácter, ese ADN de cercanía, temperatura y diálogo íntimo, ha encontrado la forma de aumentar su expansión y la calidad de su sonido. De hacerse mejor y llegar más lejos. Siendo, además, lo que es: comunicación directa, individual, precisa y acogedora. La radio siempre será parte de nosotros porque retratará nuestra vida, que es lo que hace desde que nació. Ese carácter, ese ser esencial que la tecnología hace mayor pero no diluye, es lo que permite que, como en el día de la Radio nos contó Alsina en Más de Uno, en Ucrania se desempolven las viejas radios de pilas para que los pueblos aislados y machacados por la invasión rusa puedan romper el cerco de la información y el afecto y así saber que no están solos. Cualquier oyente fiel de la radio conoce su valor como antídoto de la soledad. Y para eso es bueno internet o los transistores.

La fuerza de la Radio es tal, que hasta ella misma se procura un futuro en el que el matrimonio con la tecnología alumbre una nueva evolución más elástica, más libre, más cercana. Se llama Podcast –porque quien se inventó el término a principios de este siglo no encontró otro nombre mejor, que podía haberlo hecho– y es, desde la Radio, su siguiente pantalla, el escenario futuro y ya presente del diálogo entre el medio y el oyente. Tiene su propio día, el 30 de septiembre, que es lo que propuso un tal Steve Lee en 2014 a partir de una insólita pero exitosa emisión de más de seis horas, pero es inevitable pensar en él, contemplarlo con esa perspectiva de presente y futuro, en el Día Mundial de la Radio que esta semana nos han recordado todas las emisoras casi sin excepción.

¿Por qué el Podcast es la siguiente pantalla de la radio? En primer lugar, porque es Radio. Un micrófono, una voz y un grupo de personas en conexión –con dos me vale– ya están construyendo un programa de radio. Si además brindas al público la libertad de elegir el horario, los contenidos y hasta los formatos, en una propuesta que no admite «zapping» porque se busca voluntaria y decididamente, estás añadiendo a la Radio un valor indiscutible de progreso y de futuro. La estás haciendo evolucionar por el camino de la creatividad, la temperatura y la libertad de elección. Estás creando un medio a medida desde el cimiento del que hasta ahora ha sido y es el más creíble y cercano.

La radio sigue viva, pero su heredero viene con fuerza, con ganas, e innovando. Todavía nos cuesta pronunciar su nombre, y ya es nuestro. Viva el Podcast.