Opinión
Los «tontos útiles» del sanchismo
El Secretario General socialista, Pedro Sánchez, no ha convocado al Comité Federal, máximo órgano entre congresos, para analizar los resultados de las recientes elecciones, sino para aprobar las candidaturas al Congreso y Senado de las próximas
Es algo insólito en una democracia liberal y parlamentaria lo sucedido tras las elecciones municipales y autonómicas del reciente 28-M, zanjadas con una derrota sin paliativos del sanchismo y sin el menor asomo de autocrítica ni por el actual PSOE ni por sus socios y aliados. Significativo es que la única excepción a ese descalabro general sea la de su socio prioritario, nada menos que el partido de Otegi, EH Bildu, que ha mejorado sus resultados para inquietud y preocupación de los peneuvistas, que siempre juegan a todas las barajas y ven amenazada su permanente presencia en un futuro gobierno vasco.
El sistema político nacido de la vigente Constitución ya se ha convertido en una virtual partitocracia, con la singularidad de que la exigencia constitucional de tener una organización y funcionamiento «plenamente democráticos», es manifiestamente discutible a la vista de lo sucedido. El Secretario General socialista, Pedro Sánchez, no ha convocado al Comité Federal, máximo órgano entre congresos, para analizar los resultados de las recientes elecciones, sino para aprobar las candidaturas al Congreso y Senado de las próximas. El espectáculo de la «unanimidad» en torno a las candidaturas viene precedido del ya vivido días atrás en el Congreso de los Diputados, donde Sánchez fue recibido con una interminable ovación por los diputados y senadores de sus grupos parlamentarios, cual palmeros puestos en pie durante más de dos minutos. Lo que hace pensar que de haber triunfado en las urnas hubiera sido recibido bajo palio y portado por sus señorías en silla gestatoria, sin descartar otros aditamentos propios de césares y generales romanos al regresar victoriosos tras sus conquistas y batallas.
Por si todo ello fuera poco, se ha filtrado a los medios que el «aparato» califica de «tontos útiles de la derecha» a quieres no cierran filas con su líder supremo ante la cita del 23-J. Esto es lo que hay en la izquierda extrema, y si miramos a la extrema izquierda, el espectáculo no se queda atrás, con las podemitas purgadas por Yolanda Díaz en una batalla campal contra ella por los puestos en las listas, con esperanza de obtener escaño. Los 15 afluentes y mareas que marchaban unidas tras Pablo Iglesias para «asaltar los cielos» con el impulso renovador de los indignados de la vieja política aparecen diezmados, dispersos, enfrentados y «no levantando la voz para no hacer visibles las lágrimas de sus ojos», Iglesias dixit. Diciendo Ferraz que las listas han sido «unánimemente» aprobadas acredita la confusión en la que el sanchismo se encuentra. Pero ojo, que no quiera «morir matando».
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