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Triángulo de presión para la economía
«Los contribuyentes españoles pagan hoy más que antes de la crisis financiera de 2008», apunta un informe de Funcas
Voltaire (1694-1778), que se hizo rico porque aprovechó un defecto de diseño de la lotería francesa de la época, decía que «la incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es una posición absurda». La incertidumbre, sobre todo tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, es casi la única certeza económica. Ni tan siquiera José Luis Escrivá, decidido a que al Banco de España no lo reconozca, sea bueno o malo, ni «la madre que lo parió», lo rechaza. Ayer, Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros), presidida por Isidro Fainé y dirigida por Carlos Ocaña, en su día secretario de Estado con Zapatero, publicó el último número de Cuadernos de Economía Española, en donde un grupo de expertos independientes coinciden en que «deuda, inestabilidad comercial y riesgos fiscales» forman «el triángulo de presión para la economía española». Funcas se autodefine como «un centro de análisis –un think tank– dedicado a la investigación económica y social y a su divulgación, promoviendo la interacción entre la esfera académica y la economía real». Si el Banco de España, como parece, relega el análisis económico de las políticas públicas, Funcas y también Fedea –Fundación de Estudios de Economía Aplicada– asumirán más relevancia de la que ya tienen, que es mucha, en ese ámbito. Sus opiniones, con frecuencia, también irritan al Gobierno de turno. Ahora, los economistas, todos ellos de primera fila, Raymond Torres, Santiago Carbó, Francisco Rodríguez, Joaquín Maudos, Santiago Lago y Desiderio Romero-Jordán firman una serie de estudios coincidentes en que los problemas con la deuda pública –en todas partes–, mayor presión fiscal y los riesgos soberanos asumidos por los bancos «dibujan un escenario de vulnerabilidad creciente para las economías avanzadas, incluida la española». En España, el primer trimestre de 2025 ha sido positivo, pero el déficit apenas mejora –y lo hace por factores transitorios–, el peso de la deuda pública sube en los balances de los bancos y ¡ojo!, Desiderio Romero-Jordán demuestra como los contribuyentes españoles pagan hoy más que antes de la crisis financiera de 2008. Todo conduce, frente a las certezas del Gobierno, a una triángulo de presión y a la incertidumbre, por muy incómoda que sea, como explicaba Voltaire.
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