Historia
Las corbetas «descubierta» y «atrevida»
En el proceso global de modernización, España ocupa un puesto excepcional en el terreno de la identificación a través de la puesta en práctica de un desarrollo cultural que no es fácil olvidar debido a su relación con el mundo, que casi siempre resulta polémica. La sociedad del siglo XVIII, es decir la identificación entre lo «español» y lo americano, pertenece a un mundo en el que se encuentran elementos de una peculiar actitud de novedad y madurez de iniciativa por parte de España. Resultan insostenibles las viejas tesis de que los viajes a Europa de algunos criollos, la entrada de libros de contrabando en las capitales levantadas por España en el mundo americano, las ciudades, universidades, grandes edificios, comunicaciones, puertos construidos en América, que alcanzaron una culminación sorprendente, fueron las vías por las que penetró la luz en el continente americano. Se trata de un proceso global de modernización, en el que España ocupa un puesto preeminente por sus aportaciones culturales que nos llevan al terreno de la identidad.
Hoy resultan indefendibles estas tesis, mantenidas como explicación del alto desarrollo científico de la sociedad criolla americana en el siglo XVIII por el viajero alemán barón Alejandro von Humboldt, de que no hay en Europa ninguna ciudad que no se pueda comparar en importancia con una gran urbe como la ciudad de México. Son legión las expediciones científicas llevadas a cabo por la Marina española, como es la expedición que el capitán de fragata Alejandro de Malaspina presentó al Secretario de Estado de la Marina, Antonio de Valdés, en la que exponía un plan para llevar a cabo un viaje científico y político alrededor del mundo.
El plan de Malaspina abarcaba un considerable abanico de cuestiones que acometía un equipo al que acompañaba su colega de la Marina José de Bustamante y Guerra. Pedía dos corbetas tripuladas por personal voluntario. El Rey no dudó ni un instante en otorgar su autorización, creando un puesto de mando permanente para la preparación de la expedición. Las dos corbetas, «Descubierta» y «Atrevida», de nueva construcción, constituyeron un testimonio del alto nivel alcanzado por la arquitectura náutica española. Hay que insistir en primer lugar en la perfección de funcionamiento del Estado español en la época del rey Carlos III y el Ministro de Marina e Indias en lo que se refiere a la toma de decisiones –esa característica forma de ejercicio del poder– que se alcanza en el caso de referencia que hizo posible la expedición con plena garantía de éxito. La inversión económica, sin discusiones, en especial pensando en los grandes resultados científicos, culturales y de conocimiento de una serie de regiones todavía desconocidas y que otorgará un alto nivel a la Ilustración española en seis importantes cuestiones: la nivelación social, la potenciación de las instituciones, el reformismo de la técnica de la navegación, la reforma universitaria, la reconstrucción de la eficacia de la función pública y la eliminación interna de poderes competitivos. La eficacia, en fin, del trabajo ligado a la consecución de los programas del conjunto, centrado en la unidad del Estado y la administración del mismo en el cumplimiento del tema proyectado.
La que tuvo efecto en 1789-1794 por la «Descubierta» y la «Atrevida» tuvo ocasión de repetirse en 1984, con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid y los Ministerios de Defensa y Cultura, donde en una publicación se recogen los resultados de la expedición Malaspina a través de un magnífico Catálogo, presentado por el entonces Ministro de Cultura Excmo. Señor Don Javier Solana Madariaga y en el que colaboran unos setenta catedráticos, marinos, académicos, profesores de universidades hispanoamericanas y especialistas con estudios sobre los actores de la expedición Malaspina-Bustamante.
Los temas de la época del viaje fueron variados e importantísimos: la astronomía, la documentación, la cartografía, los artistas participantes, estudios zoológicos, botánicos, la etnología, personalidades participantes en la expedición y la valoración acerca de los importantes estudios y enseñanzas sobre la ciencia y la antropología, navegación y conocimientos obtenidos para ello. Aparecen, en fin, en el Catálogo los dibujos de flora, zoología e instrumentos recogidos de diversos museos españoles e indígenas, desde la Patagonia hasta cuadrantes e instrumentos, armas y municiones que mantienen aquella importante expedición científica.
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