Tenis
Un título nobiliario para Rafael Nadal
Carta abierta al Rey de España
Antes de nada permitidme que os haga una breve semblanza de mi vida para intentar así explicarme mejor en estas osadas líneas que no piden nada para mí sino para un ser excepcional desde todos los puntos de vista.
Mi nombre es Javier Jiménez-Ontiveros de Torróntegui, discapacitado a causa de una polio que sufrí con trece meses de edad y tengo sesenta años.
A pesar de esa gran limitación conseguí, con la impagable ayuda de mis padres y tras multitud de operaciones, hacer una vida prácticamente normal: estudié en el Colegio Santa María de los Rosales donde tuve la suerte de entablar muchas conversaciones de niño con la Reina, con Vuestra Augusta Madre, cuando iba a recogeros al terminar la jornada escolar.
En 1968 tomé un taxi yo solo, con doce años, para recibir en Barajas a S.M. la Reina Doña Victoria Eugenia que venía del exilio a Vuestro Bautizo: por descontado ni yo vi a la Reina ni ella me vio a mí; pero sí pude ver la profunda reverencia que le hizo a Don Juan de Borbón, Vuestro abuelo, reconociéndole públicamente como Rey de Derecho de España y Jefe de la Dinastía. Ese niño de doce años volvió a su casa lleno de entusiasmo.
Estudié Derecho y trabajé durante tres décadas en el diario ABC hasta que un terrible accidente de tráfico me retiró del mundo laboral en junio de 2002. Años antes de eso se celebró el Centenario de la revista Blanco y Negro y tuve la ocasión de charlar un rato con Don Juan Carlos I y Doña Sofía: en esa charla emotiva Vuestra Madre me recordaba del Colegio, cosa que me impactó, y Vuestro Padre me preguntó cómo estaba mi madre, varios años mayor que Él, a quien trató en Estoril en el duro exilio pues por motivos familiares mi madre veraneaba allí y la casa estaba muy cerca de Villa Giralda, con lo que mi impacto ya fue indescriptible y comprobé la memoria de los Borbón y su cercanía.
Hecha esta introducción intentaré expresarme lo mejor posible pues la letra es osada, más que la palabra , y concretar mi petición:
Señor : sería muy pretencioso por mi parte reunir en unas líneas los valores de, para mí y miles de españoles, Rafael Nadal Parera pero me atrevo a decir que es el mejor deportista español de todos los tiempos; y no sólo como deportista sino como un ejemplo de superación , honestidad , patriotismo, lucha contra las lesiones, humildad , honradez y ayuda a los más necesitados con sus Fundaciones. Un ejemplo para la juventud, para la madurez y para cualquier edad; un espejo al que debieran mirarse muchos y seguir su estela.
No voy a relatar todos sus triunfos pero sí una anécdota quizá olvidada pero que recuerdo a la perfección: cuando ganó el Oro Olímpico Individual en Pekín a continuación hubo una rueda de prensa y (respetando como respeto las peculiaridades españolas) un periodista se dirigió a Rafael Nadal en catalán y éste, correctísimamente, le pidió al periodista que le preguntase en castellano pues estaba representando a España, su país, y en España se habla español... y en medio mundo gracias a Dios.
Al ganar la medalla de Oro en Dobles en Río 2016 se le saltaron las lágrimas al escuchar La Marcha Real como a todos nosotros.
En fin Majestad, creo de corazón que el único título que le falta a Nadal es un Título Nobiliario que me atrevo a solicitar al Rey Felipe VI con todas las fuerzas de alguien que ha superado muchas dificultades en la vida y a quién el espíritu de superación de Rafael Nadal le ha ayudado a, como él, no tirar la toalla nunca.
Soy consciente del delicado momento que vive nuestra Nación y de las innumerables ocupaciones de Vuestra Majestad, pero os lo pido con todas mis fuerzas, en realidad con la única que tengo, que es la fuerza de mi corazón.
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