A pesar del...

Warren vs. Milei

Toda la corrección política se desespera ante esos mensajes liberales

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, no atrajo toda la atención, ni el interés, con su discurso pronunciado en el Foro de Davos. En cambio, la estrella, allí y en el resto del mundo, fue el nuevo presidente argentino, Javier Milei, cuyo mensaje liberal fue inaudito, literalmente, porque en ese templo de la corrección política nunca habían oído nada parecido.

Warren, en cambio, fue previsiblemente narcisista, y solo cabe destacar de su soporífera soflama algunos momentos de osadía, como cuando alegó haber bajado los impuestos a la clase media. En serio. Otro momento glorioso fue recogido por «El País», que tituló: «Sánchez pide en Davos a los empresarios que defiendan la democracia». No se les ocurrió que era obvio que lo que estaba pidiendo Warren era que lo defendieran a él, no a la democracia, de la que, naturalmente, cabe desconfiar si resulta que el pueblo, la mayoría social que Warren presume falsamente de representar, va y vota a los candidatos que no debe, a conservadores o a liberales.

Warren, que se apresuró a insultar a Javier Milei incluso antes de que el argentino se sentara en el sillón de Rivadavia en la Casa Rosada, proclamó en Davos que las políticas «neoliberales no funcionan», como si las políticas socialistas funcionaran, y como si no fueran hostiles al pueblo, deliberadamente recaudado por estos supuestos progresistas.

En cambio, como digo, el discurso de Milei, en vez de politizar a los capitalistas, se dedicó a elogiarlos, desmontando las falacias antiliberales que los condenan a izquierda y derecha. Negó que los empresarios se enriquezcan arrebatándoles a los demás lo que es suyo, en ese juego de suma cero que pregonan los socialistas de todos los partidos, sino que lo hacen creando riqueza para todos: «el capitalista, el empresario exitoso, es un benefactor social que, lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe».

Toda la corrección política se desespera ante esos mensajes liberales. En reiteradas oportunidades «El País» ha insistido en proclamar el fracaso completo de Milei, que apenas lleva un par de meses en el cargo.

En realidad, como es obvio, no sabemos si Milei aplicará un programa liberal, o no. Lo que sí sabemos es que si lo hace y tiene éxito, Warren y sus secuaces vivaquearán en un saludable olvido.