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España en Verano: El trágico final de la mujer más rica de España

Amancio Ortega acudió ayer a visitar a su ex mujer, que falleció tras sufrir un derrame cerebral 24 horas antes. Su familia, destrozada, pide privacidad

España en Verano: El trágico final de la mujer más rica de España
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La Coruña mantenía el aliento. Aunque fue un día grande de fiesta –la Virgen es muy querida en las tierras del norte–, fue también un día en el que la sombra de una noticia funesta planeaba sobre la cabeza de los lugareños. Rosalía Mera Goyenechea, una de las vecinas más queridas y respetadas de la provincia gallega, falleció anoche tras sufrir el martes un derrame cerebral subaracnoideo masivo mientras se encontraba de vacaciones con su hija Sandra en Menorca. Ambas habían acudido de vacaciones a la isla balear, pero la empresaria española, de 69 años, comenzó a sentirse mal. A pesar de no sufrir ninguna enfermedad grave, llegó por su propio pie al hospital público Mateu Orfila de Menorca tras relatar un fuerte malestar. Al poco de llegar, sufrió una parada cardiorrespiratoria ligada al severo derrame. Permaneció ingresada en la UCI toda la noche y, según los médicos comunicaron a su hija y a su sobrina Dolores Ortega, que se había trasladado a Mahón desde Ibiza, su estado era «irreversible». Ayer por la mañana, sobre las 12.30, fue finalmente trasladada en un avión-ambulancia al hospital San Rafael de La Coruña para que pudiera estar cerca de sus familiares, que no dejaron de acudir al centro a visitarla. Amancio Ortega, su ex marido y cofundador de Inditex, acudió a visitarla a media tarde, según «Abc».

De Rosi a doña Rosalía

Cuando era niña y correteaba por el coruñés barrio de Matadero se la conocía como «Rosi». Así la llamaban también sus hermanos y amigos. Era inquieta, divertida y tenía un fuerte carácter que le trajo algún que otro problema. Con el tiempo, aquella pequeña curiosa, nacida en el seno de una humilde familia obrera, se convertiría en «doña Rosalía» para sus vecinos. Y por méritos propios. Pronto vio que los estudios no eran lo suyo y con sólo 11 años abandonó la escuela. Su padre era trabajador de Fenosa y su madre, ama de casa, por lo que ella decidió comenzar a trabajar como costurera, algo que siempre le apasionó, para aportar ingresos al núcleo familiar. Cecilia Monllor, autora de la biografía de Rosalía Mera titulada «Zarápolis. La historia secreta de un imperio de moda», de la editorial de Bronce, relata cómo la idea de acabar trabajando en el matadero, como lo hacía la mayor parte de sus vecinos, atraía muy poco a Rosalía: «Por eso busca empleo como aprendiz en un comercio donde la labor sea más agradable y limpia».

Dos años después, una vuelta del destino hizo que su vida cambiara para siempre: con 13 años entró de aprendiz en La Maja, una elegante casa de modas de la calle de San Andrés, en La Coruña. Allí, atendiendo a los clientes detrás del mostrador, coincidió con dos hermanos nacidos en León, pero crecidos en La Coruña: Antonio y Amancio. El que después sería su marido trabajó en la casa desde los 13 hasta los 21: unos años en los que se enamoró de Rosalía, la cortejó y la pidió en matrimonio. Fue un noviazgo largo y sencillo, como los de antes. En 1966 se casaron en una pequeña iglesia local, enamorados y con muchos planes de futuro ya buyendo en su interior. Pero los gustos sencillos y la timidez de él contrastaban con la energía y el carácter de ella; un contraste que pudo desencadenar su divorcio, veinte años después. Aunque lo cierto es que siempre se habló de una tercera persona. Amancio Ortega rehizo su vida con Flora Pérez Marcote, que se encuentra al frente de una de las marcas de Inditex, Bershka –su hermano dirige otra, Massimo Dutti–. A pesar de ello, Amancio y Rosalía mantenían una buena relación. Y es que ambos tuvieron dos hijos: Sandra, la gran heredera, y Marcos, quien era el centro de su vida. Por él puso en marcha la Fundación Paideia, una organización centrada en ayudar gente con enfermedades como la de su hijo, se apartó de las altas esferas y se dedicó a obras solidarias y de beneficiencia.

Idealista y luchadora

Aunque en el «clan Inditex» enarbolan el anonimato y la sencillez como bandera y seña de identidad, Rosalía no dudaba en desmarcarse y mostrar su convencida opinión en diversos temas de actualidad. La empresaria se significó en las reivindicaciones sociales y defendió posturas críticas ante los recortes en la sanidad y la educación del Gobierno. La millonaria empresaria coruñesa también mostró su rechazo a la reforma de la ley del aborto del ministro Gallardón y apoyó las reivindicaciones del 15M, poniéndose del lado de los indignados, a pesar de su desorbitante fortuna, valorada en 4.700 millones de euros según la revista «Forbes» (era la mujer más poderosa de España y la número 66 del mundo). A pesar de ello, era una abanderada de la vida sencilla y de espaldas a los medios de comunicación: «Me gusta comprar en Zara y ver la televisión», declaró en una ocasión.