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«No hay demanda social de eutanasia»

Los obispos piden una ley de cuidados paliativos y aprueban el tratamiento del dolor aunque «pueda derivarse un acortamiento de la expectativa de vida»

Canadá introdujo la legislación sobre el suicidio asistido en 2016
Canadá introdujo la legislación sobre el suicidio asistido en 2016larazon

«No hay una demanda social de una ley de eutanasia pero sí de cuidados paliativos». Con esta premisa, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha elaborado el documento «Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida» ante «el debate que últimamente se ha abierto». El obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, Mario Iceta, dio a conocer esta nueva guía «que se lleva elaborando dos años», ahora que en las negociaciones de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos uno de los puntos de consenso es la despenalización de la eutanasia. Aunque Iceta insistió en que ha sido mera casualidad, el prelado defendió que están “abiertos al diálogo y el debate en profundidad», si bien aclaró que no tienen agendado encuentro con ningún partido.

La postura de la Iglesia sobre este asunto es clara: «No acortar ni alargar la vida» , pero sí «evitar el sufrimiento». «Es un deber moral de primer orden», apuntó Iceta. El suicidio asistido y la eutanasia, se lee en el documento, «no aportan soluciones a la persona que sufre», por eso desde la Iglesia apuestan por promover una ley de cuidados paliativos ya que actualmente estos «son claramente insuficientes». En España se estima que alrededor de 125.000 personas los requieren y que 60.0000 no los reciben. En el caso de los menores enfermos, solo un 10% acceden a ellos. A este respecto, el Jefe de Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Vizcaia, Jacinto Bátiz, que asistió también a la rueda de Prensa del informe, denunció que «antes de una ley de Eutanasia hace falta una de cuidados paliativos» porque «todavía no se ha resuelto ni su universalización ni su equidad», en referencia a la brecha que existe en las comunidades autónomas.

Este nuevo documento, que actualiza el que elaboró la CEE en 1992 en consonancia con los avances médicos, se aclara que «uno de los derechos del enfermo es el de no sufrir de modo innecesario durante el proceso de enfermedad» y que por ello «es lícito el tratamiento del dolor aunque pueda derivarse un acortamiento de la expectativa de vida», una cuestión que ya trató el Papa Pio XII en 1957. «Queremos eliminar el sufrimiento del dolor, no al enfermo que sufre», apostilló el prelado, quien defendió la sedación terminal siempre que así esté indicado.

La Iglesia defiende los cuidados paliativos en contra de la «cultura del descarte» que supone la eutanasia. En Europa, actualmente solo está despenalizada en Bélgica, Suiza, Holanda y Luxemburgo. Preguntado sobre por qué en España vuelve el debate, Iceta afirmó que «habrá que preguntárselo a quienes lo promueven», pero insistió: «No hay una demanda de morirse, pero sí de ser ayudado en el sufrimiento». Asismismo, el documento denuncia las estrategias utilizadas por los movimientos que impulsan la eutanasia para influir sobre la opinión pública, y que estos grupos se empeñen en presentarlo en una cuestión meramente religiosa.