Cambios en la Iglesia
Nathalie Becquart, la primera mujer en la historia con derecho a voto en el Vaticano
Francisco rompe algo más que un techo de cristal al nombrar a esta monja francesa como subsecretaria para el Sínodo de los Obispos, el foro participativo de la Santa Sede
El Papa ha nombrado hoy a la religiosa javeriana Nathalie Becquart subsecretaria para el Sínodo de los Obispos. A priori, podría pasar como un gesto más dentro de la Santa Sede para lograr una mayor representación de la mujer en el organismo más participativo que ahora mismo tiene la Santa Sede. Sin embargo, la letra pequeña revela que esta elección de Francisco supone la ruptura de un techo de cristal histórico.
La monja francesa se convierte también en la primera mujer con derecho a voto en el Vaticano a través de este foro en el que se convoca a los pastores de todo el mundo para que debatan sobre determinados temas de actualidad eclesial y que poco a poco se ha ido abriendo a los laicos, y todavía con más lentitud a las mujeres.
El propio secretario general del Sínodo de los Obispos, Mario Grech, reconoce el salto cualitativo dado por Francisco con esta designación: “Con el nombramiento de la hermana y su posibilidad de participar con derecho a voto se ha abierto una puerta, veremos qué otros pasos se pueden dar en el futuro”. Para el cardenal Grech, “el Papa también ha subrayado repetidamente la importancia de que las mujeres participen más en los procesos eclesiales de discernimiento y toma de decisiones; y ya en los últimos Sínodos ha aumentado el número de mujeres que participan como expertas o auditoras”.
Filósofa, socióloga y teóloga, a sus 52 años, esta religiosa sin hábito ha sido durante seis años la máxima responsable de la pastoral juvenil y vocacional de la Conferencia Episcopal de Francia. Con un intachable currículum intelectual y una más que probada experiencia en el ámbito de la evangelización, Becquart es además una especialista en sinodalidad, un término que Francisco han convertido en básico a lo largo de su pontificado y que para quien sea ajeno a él, viene a ser algo así como una apuesta por una mayor “democracia” en el seno de la Iglesia, aunque el propio Papa rechaza comparar el aula sinodal con un “parlamento”.
Y en esta vía hacia una mayor participación, la asignatura pendiente era la presencia femenina. A lo largo de estos años, Francisco ha tenido más de un gesto. Hace tan solo unas semanas modificada el Derecho Canónico para incluirlas a ellas oficialmente en los ministerios del lectorado y el acolitado -o lo que es lo mismo, carta de ciudadanía en el altar-. Además, continúan en estudio la posibilidad de reinstaurar el diaconado femenino a través de una segunda comisión de expertos.
El propio Sínodo de los Obispos también ha vivido una evolución “vertiginosa”, si tenemos en cuenta que los tiempos del Vaticano no son los tiempos de los hombres -ni de las mujeres-. Este foro temático que convoca de forma periódica el Papa y al que asisten una media de ….obispos, apenas ha tenido presencia femenina hasta anteayer. En la asamblea sinodal de 1974 solo hubo dos religiosas invitadas, en el último Sínodo de la Amazonía, celebrado en octubre de 2019 participaron 35 mujeres frente a 180 hombres padres sinodales: 2 invitadas especiales, 4 expertas (entre las cuales 2 monjas) y 29 auditoras (de las cuales 18 monjas). Eso sí, ninguna tenía derecho a voto. Nathalie Becquart será la primera en ejercerlo en 2022 cuando se celebré precisamente el Sínodo de la Sinodalidad.
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