Benedicto XVI

El cardenal cubano, Jaime Ortega, considera que la renuncia del Papa es una lección de humildad

El cardenal cubano Jaime Ortega, máxima autoridad católica de la isla, valoró hoy la renuncia del papa Benedicto XVI como una "gran sorpresa"y una "lección de humildad"impulsada por su amor a Jesucristo y a su Iglesia.

"El papa rompe una vez más los patrones y no teme anunciar al mundo que está débil y cansado para continuar la gran responsabilidad de gobernar la Iglesia católica. Solo un gran amor a Jesucristo, a su Iglesia, y una gran humildad pueden impulsar un paso semejante", afirmó Ortega en una declaración divulgada en La Habana.

El también arzobispo de La Habana destacó que los católicos de la isla y en general el pueblo cubano recuerdan con cariño a Benedicto XVI por su visita a la isla en marzo de 2012.

"Lo recordaremos también por la valentía de este acto de renuncia al ministerio petrino, prueba de su fe en la Divina Providencia", añade Jaime Ortega, que supo del anuncio de Benedicto XVI en la provincia oriental de Guantánamo, donde fue invitado por el obispo de la diócesis.

Benedicto XVI cursó entre el 26 y el 28 de marzo del año pasado una visita pastoral a la isla, donde ofició dos multitudinarias misas en las principales ciudades cubanas: Santiago y La Habana.

Durante su estancia en la isla, el pontífice abogó por las libertades fundamentales y la reconciliación entre cubanos, pidió "desterrar posiciones inamovibles"e instó a construir una sociedad "renovada"y de "amplios horizontes".

En ese viaje, Benedicto XVI se reunió tanto con el presidente Raúl Castro, como con su hermano Fidel, líder de la Revolución cubana y retirado del poder desde 2006, cuando una enfermedad le obligó a delegar.

Con el ex presidente cubano, el pontífice se entrevistó en La Habana durante 30 minutos, en los que Fidel Castro le hizo numerosas preguntas, la más anecdótica "¿Qué es lo que hace un papa, cuál es su misión?", y también bromearon sobre las edades de ambos (Fidel Castro tiene 86 años, uno más que el papa).

El de Benedicto XVI fue el segundo viaje de un papa a Cuba, que en 1998 recibió la histórica visita de Juan Pablo II.