Ecuador
«Los pobres son la deuda de América Latina»
El Papa Francisco ya está en Quito, primera etapa de su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, un viaje largo (durará 8 días) y lleno de citas significativas con el que pretende inculcar a la población de América Latina su forma de entender la fe cristiana, detallada en “Evangelii Gaidium”, la exhortación apostólica en la que plantea una suerte de “programa” para el pontificado. De hecho, en su alocución tras aterrizar en Quito tuvo presentes a los más favorecidos. “Los pobres son la deuda de América Latina”, denunció, aplaudiendo al pueblo ecuatoriano por “levantarse con dignidad”.
En el aeropuerto internacional Mariscal Sucre le recibió el presidente de este país andino, Rafael Correa, cuyo Gobierno ha sufrido continuas protestas en los últimos días debido a un proyecto de ley que prevé aumentar algunos impuestos. La oposición ha venido denunciado en las manifestaciones la supuesta intención de Correa por establecer en Ecuador políticas similares a las de la Venezuela de Nicolás Maduro. Estas tensiones políticas hicieron que la visita del Papa generara expectativas añadidas, por la posible apertura de espacios de diálogo entre el Gobierno y las partes enfrentadas.
En su discurso durante la ceremonia de bienvenida celebrada en el aeropuerto de Quito, Francisco pidió que “los logros en progreso y desarrollo” que el país está logrando en los últimos años, con crecimientos en el PIB superiores al 4% anual, “garanticen un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables”.
En este esfuerzo por mejorar las condiciones de la población que vive en las periferias de la sociedad, que tan presentes tiene el Papa, el Gobierno de Quito “podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”. Con estas diplomáticas palabras Francisco hizo referencia veladamente a los roces surgidos entre la jerarquía eclesiástica y el poder político, que pretende que la Iglesia renuncie a parte de su presencia social. Según Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil y ex presidente del episcopado del país andino, el Gobierno no quiere que haya una supuesta “contaminación” por medio de la “infiltración” de tipo religioso en el espacio público.
Para Francisco volver a Ecuador tiene un significado especial, pues durante su época como provincial (superior) de la Compañía de Jesús en Argentina en los años 80 mandaba a jóvenes estudiantes jesuitas al país andino. Desde aquella época mantiene amistad con un sacerdote ecuatoriano ya nonagenario, el padre Paquito, a quien espera ver en esta visita a Ecuador. También visitó el país varias veces, como recordó en su alocución de ayer. “Vengo como testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo”, dijo, insistiendo en que en el Evangelio se encuentran “las claves que nos permiten afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones”.
El Pontífice aseguró que comenzaba “con ilusión y esperanza” su visita a Ecuador, el país donde está “el punto más cercano al espacio exterior: es el Chimborazo, llamado por eso el lugar más cercano al Sol, a la Luna y a las estrellas”. Para los cristianos, explicó el Papa, Jesucristo se identifica con el Sol y la Luna, con la Iglesia. “Nadie, excepto Jesús, tiene luz propia. Que estos días se nos haga más evidente a todos la cercanía 'del sol que nace de lo alto' y que seamos reflejo de su luz, de su amor”.
“Desde aquí quiero abrazar al Ecuador entero”, comentó el Papa al final de su discurso. “Que desde la cima del Chimborazo hasta las costas del Pacífico; desde la selva amazónica, hasta las islas Galápagos, nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus niños y ancianos, de confiar en la juventud, y de maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país”.
“Pido al Señor por la convivencia pacífica en España”
El Rey Felipe VI recibió ayer el primer telegrama de su reinado remitido por el Papa Francisco, cuyo avión sobrevoló el espacio aéreo de nuestro país en su viaje hacia América Latina. “Me es grato enviar un cordial saludo a Vuestra Majestad y a la Reina”, dijo el Pontífice, extendiendo su saludo a todo el pueblo español, al que renovó su “afecto y cercanía”. “Pido al Señor copiosas gracias y un creciente progreso espiritual y social en pacífica convivencia”, aseguró. El avión de Alitalia en el que viajaba el Pontífice, su séquito y los más de 75 representantes de los medios de comunicación, entre ellos LA RAZÓN, sobrevoló además el espacio aéreo de Italia, Portugal, Venezuela y Colombia antes de aterrizar en Ecuador. Los jefes de Estado de esos cuatro países recibieron telegramas con mensajes similares al del Rey.
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