Ciudad del Vaticano

La reforma vaticana comienza en la liturgia

Fotografía facilitada por el diario vaticano L'Osservatore Romanoque muestra al Papa Francisco (c) durante una segunda ronda de reuniones del llamado "G8 vaticano"
Fotografía facilitada por el diario vaticano L'Osservatore Romanoque muestra al Papa Francisco (c) durante una segunda ronda de reuniones del llamado "G8 vaticano"larazon

Tras concelebrar a primera hora de la mañana la eucaristía con el Papa Francisco en la residencia de Santa Marta, los ochos miembros del Consejo de Cardenales se reunieron ayer en esta segunda ronda de encuentros, tras la del pasado octubre, destinada a reformar la Iglesia católica y la organización de la Curia romana. Sus trabajos comenzaron con el estudio de la situación y las responsabilidades que tiene la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cuyo prefecto es el purpurado español Antonio Cañizares.

El director de la sala de prensa de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, contó que el examen a las distintas congregaciones vaticanas que realizan los miembros del llamado G-8 supone un trabajo arduo que tiene su base tanto en las consultas y en el estudio de los documentos que han realizado como en los contactos personales mantenidos. En particular, Lombardi contó que el cardenal indio Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, presentó las ideas recogidas en sus últimas reuniones con las distintas conferencias episcopales asiáticas. Lo mismo hizo el alemán Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, tras sus encuentros con los episcopados europeos.

El examen que el G-8 está realizando a los distintos «ministerios» que conforman la burocracia vaticana, partiendo de la Congregación liderada por el cardenal Cañizares, pretende profundizar en el conocimiento del funcionamiento de la Santa Sede para poder así preparar su reforma. Se quiere redactar una Constitución apostólica nueva que regule el funcionamiento de la Curia romana, dijo Lombardi, descartando que se vaya sólo a producir un «retoque» o una «mejora marginal» de la «Pastor Bonus», el documento de 1988 de Juan Pablo II que regula el trabajo de los distintos organismos vaticanos.

El portavoz de la Santa Sede contó que el secretario de Estado, el arzobispo Pietro Parolin, quien se incorporó hace unas semanas a su trabajo tras la operación que le impidió estar presente en la ceremonia de su toma de posesión, acudirá hoy o mañana a la sala del Palacio Apostólico, donde se reúnen los miembros del Consejo de cardenales con el Papa Francisco para saludarle y tener un «primer contacto» con él. Lombardi explicó que no se prevé «una integración» de Parolin en los encuentros de este organismo. El secretario de Estado responde de esta manera a la invitación que le hizo llegar el Consejo de Cardenales.

Parolin será la única persona externa al G-8 que estará presente en alguna de estas sesiones, aunque el director de la sala de Prensa vaticana subrayó que este organismo «es libre para invitar a sus reuniones a quien le plazca para obtener informaciones o contactos». Acudirán a la próxima ronda de reuniones del G-8, que tendrá lugar el 17 y el 18 de febrero, los representantes de las comisiones eregidas por el Papa Francisco para radiografiar la situación económica de la Santa Sede. En una de ellas tiene un papel destacado el español Lucio Ángel Vallejo Balda, secretario de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.