Restringido

Legado para el futuro

Legado para el futuro
Legado para el futurolarazon

Por muchas razones ayer se vivió un día histórico, en Roma y en el mundo, y no solamente entre los católicos. Nunca antes en la Historia habían sido proclamados santos dos Papas juntos, además canonizados por un sucesor muy cercano en el tiempo y con la participación de su predecesor, que, con un gesto también histórico, ha renunciado al Pontificado. También fue la primera vez que participaron tantos obispos y cardenales, casi un millar, mientras fieles y peregrinos en número enorme –se ha calculado un millón y medio en toda la ciudad– demostraron una contención y una conciencia plena de que presenciaban un acto solemne y, sobre todo, religioso.

El Papa Francisco dio una clave muy suya basándose en las lecturas litúrgicas cuando dijo que los dos nuevos santos han reconocido al Señor como el apóstol Tomás a Cristo resucitado a través de sus llagas, que son señal permanente de su amor hacia el hombre. Ambos Pontífices atravesaron uno de los siglos más difíciles: Juan XXIII la primer mitad del siglo XX y la segunda, Juan Pablo II, que introdujo a la Iglesia en el nuevo milenio. Y los dos supieron reconocer en estos acontecimientos, a pesar de las tragedias, la misericordia de Dios.

Francisco ha visto en Juan XXIII al hombre que ha sabido escuchar al Espíritu y en Juan Pablo II, al Papa que se ha acercado al hombre a través de su primer entorno, la familia. Dos Papas muy diferentes entre sí, pero unidos por el Concilio Vaticano II, mediante el cual quisieron renovar la Iglesia. Y de esta manera, han dejado un legado para el futuro.

*Director de «L'Osservatore Romano»