Buenos Aires
¡Los abuelos son una riqueza!
Francisco y Benedicto XVI, juntos para celebrar la fiesta de los ancianos
Aquellos países, aquellos gobiernos, aquellas sociedades que descartan a los niños y a los ancianos pierden el norte y, con ello, hipotecan su futuro. Francisco lo comenta cada vez que puede. Lo hizo también ayer, en su encuentro con personas mayores llegadas de todo el mundo. Fue muy emocionante ver cómo se saludaban los dos papas, constatar cómo Benedicto XVI es un ejemplo de que la vida sigue, aun cuando uno se jubile. ¡Qué distintos son los hogares donde están los abuelos! ¡Qué riqueza aportan a la familia! Entre quienes estaban en San Pedro contemplando esa escena, me encontraba yo. Tuve la suerte de saludar al Papa, dentro de un grupo de unos cien sacerdotes mayores de 75 años. Nos atendió uno a uno y nos animó a seguir apostando por el trabajo que venimos haciendo con los ancianos. En el caso de Mensajeros de la Paz, lo llevamos a cabo a través de residencias, como la de Argentina en la que el propio cardenal Bergoglio tenía previsto retirarse una vez dejara de ser arzobispo de Buenos Aires. Curiosamente, ayer quien iba a ser su vecino de habitación viajó a Roma para saludarle y apoyarle ahora que Francisco está navegando entre temporales difíciles, una imagen que él mismo utilizó el pasado sábado cuando quiso acompañar a sus hermanos jesuitas. El Papa sabe que tiene viento en contra, pero no pierde ni la alegría ni el calor humano con quien se encuentra.
*Presidente y fundador de Mensajeros de la Paz
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