Roma
Los intelectuales laicos se rinden ante el Papa
Francisco asegura que el perdón de Dios no distingue entre creyentes, ateos o agnósticos, y afirma que su misericordia «no tiene límites»
El Papa Francisco ha conseguido seducir a un buen número de intelectuales agnósticos y no creyentes con la carta que escribió al diario italiano «La Repubblica», en la que contesta a las preguntas que le hizo en dos artículos aparecidos durante el verano el fundador del periódico, el pensador y periodista Eugenio Scalfari. En la misiva, publicada el pasado miércoles, el Pontífice habla de la fe, de la verdad y de la misericordia de Dios con aquellos que no creen.
Entre las cuestiones que trata Francisco está el pecado. Después de que Scalfari le preguntase si un ateo o un agnóstico podía ser perdonado por «el Dios de los cristianos» tras cometer lo que para la Iglesia es un pecado, el obispo de Roma afirmó que «la misericordia de Dios no tiene límites si nos dirigimos a él con el corazón sincero y contrito». «La cuestión para quien no cree en Dios está en obedecer a la conciencia. Escucharla y obedecerla significa decidir frente a lo que viene percibido como el bien o como el mal», apunta el Papa. Para el filósofo Salvatore Veca es ésta una «afirmación fuerte» con la que Francisco admite que existe una «ética laica, una conducta basada en el juicio frente al bien o el mal, pero independiente de toda creencia religiosa».
Entrevistado por el «Corriere della Sera», Veca asegura que el Pontífice no trata de «esconder las disonancias» entre los laicos y los creyentes, sino dialogar a partir de las diferencias «que son útiles y nos ayudan a reflexionar sobre nosotros mismos en relación con los demás». El también filósofo Massimo Cacciari apunta por su parte que Francisco, al escribir su carta a «La Repubblica» para entablar un diálogo sobre la fe con los no creyentes, retoma las ideas de Carlo Maria Martini, el cardenal jesuita fallecido en el verano de 2012 y que constituía una de las grandes figuras intelectuales de la Iglesia. «Debe ser un diálogo sincero, en el que cada uno exponga sus posiciones de forma completa», advertía Cacciari desde los micrófonos de Radio 24.
Dentro de la jerarquía eclesiástica, la carta de Francisco también ha tenido una gran repercusión. Bruno Forte, teólogo y arzobispo de Chieti-Vasto, subraya la novedad de que el Papa haya entablado un diálogo con un pensador declaradamente no creyente como Scalfari y en un diario «fuertemente laico». «Es como si el Papa no tuviera miedo de amar a la persona humana como es, allí donde se encuentre, sin poner prejuicios al encuentro y al diálogo», contaba en Radio Vaticana.
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