Una sociedad segura y libre de violencia machista

Después de las elecciones generales la vida sigue su curso, habrá gobierno y se podrán retomar las urgencias sociales. El maltrato, violaciones y asesinatos de mujeres siguen golpeándonos y como cada mes de noviembre se convocará en las calles a las personas que rechazamos la violencia de género, la violencia machista y la violencia sexual. En un tiempo en el que ha quedado evidenciado que los pactos son necesarios e imprescindibles, quiero recordar y reivindicar el Pacto contra la violencia de género. La violencia física, psicológica y sexual sigue siendo un problema social y de salud pública, causa de mortalidad y morbilidad prevenible en las mujeres que representa la muerte de la mitad de las mujeres asesinadas en España. Con la nueva configuración del parlamento este valioso pacto, que aún debe desarrollarse de manera más amplia y contundente, está en peligro. La extrema derecha lo desafía y trasgrede constantemente. Nuestra democracia no puede permitirse que el hogar siga siendo un lugar peligroso para las mujeres, y sobre todo, que existan actores políticos que lo justifiquen o lo aplaudan. En momentos de agitación de banderas y territorios, de defensores de patrias e himnos, creo que no viene mal recordar que nada es una tierra sin las personas que la habitan, que no hay mejor patria que la humanidad y que la Constitución Española habla del derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, las personas (mujeres y hombres) puedan ser sometidas a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Habla de que toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Y habla de igualdad. En este nuevo tiempo de legislatura es tarea y obligación de todos y todas seguir avanzando para garantizar una sociedad segura y libre de violencia machista.