Coronavirus
Crónica de una triste realidad
“Basta ya de normas que no se cumplen, de no ser transparentes con las compras y de cómo se distribuyen”, afirma en un artículo de opinión el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca
Es muy triste ver cómo se está afrontando esta pandemia en España. Tenemos un modelo que sabemos que ha tenido éxito en China y del que lamentablemente nuestras autoridades no han tenido el valor de aplicarlo y ahora estamos pagando todos las consecuencias. ¿Por qué no se tomaron medidas de aislamiento en los aeropuertos y fronteras en los inicios del problema? ¿Por qué no se prohibieron antes concentraciones de personas, dígase manifestaciones, espectáculos deportivos, concentraciones musicales, etcétera? ¿Por qué no se adquirieron mascarillas, trajes, desinfectantes, test diagnósticos, respiradores... en cuanto se dio aviso de la pandemia por Covid-19?
Tristemente estamos viendo cómo los peores pronósticos se están cumpliendo. Estamos viendo la descoordinación y ineficacia desde las autoridades del Gobierno de la nación.
¿Qué poco aprendimos de experiencias pasadas? Quizás sea muy pesimista, pero creo que en la Edad Media algunas pandemias fueron tratadas mejor que la actual. Todos recordamos el libro o la película «El médico», donde la ciudad es cerrada a cal y canto en cuanto se declara la epidemia de la peste y la gente se aísla en las casas, bloqueando puertas y ventanas. A nadie se le ocurría salir de casa, salvo al personal sanitario y fuerzas de seguridad. Sin llegar a estos extremos nos demuestran cuáles son las verdaderas medidas eficaces ante una epidemia sin tratamiento eficaz.
Sin embargo, estamos viendo que actualmente las ciudades siguen abiertas, las carreteras siguen demasiado llenas, algunas personas se saltan las medidas de aislamiento y las cuarentenas, empezando por quienes más ejemplo deberían dar, cómo son algunos miembros del Gobierno. Y además hay pocas sanciones a estas conductas insolidarias y muy peligrosas.
Y en los centros sanitarios qué está ocurriendo: el personal sanitario sin medidas de protección y las residencias de ancianos con sus residentes tratados como personas de segunda clase. ¿Por qué no se ha mandado a preventivistas o enfermeras formadas a dar información en las residencias al personal de cómo deben actuar para protegerse los trabajadores y los residentes? ¿Por qué no se habilita un hospital exclusivo en cada provincia para trasladar los casos más severos de estos ancianos, pues el tratamiento en las residencias, como dice la orden ministerial, son tratamientos mínimos, con escaso soporte para situaciones medianamente desfavorables?
Se están pidiendo voluntarios sanitarios y el Gobierno ya «vende» desde hace días que dispone de 50.000 sanitarios, a los que por cierto no se ha preguntado, para reforzar la atención sanitaria. Y quiénes son esos 50.000: pues el conjunto de todos los médicos jubilados en los últimos cinco años, de todas las enfermeras jubiladas en este periodo, de todos los residentes que no han tenido plaza en el pasado MIR y de todos los estudiantes de último año del grado de Medicina. ¿Pero qué es esto, cuando tenemos a más de la mitad de los médicos en activo en la «reserva»? ¿Qué es este «humo» de que estudiantes del grado y opositores al MIR pueden reforzar la atención a estos pacientes? Parece más bien una propaganda poco útil de que ya el ministerio tiene refuerzos de personal sanitario. En Salamanca disponemos de 164 voluntarios en el Colegio de Médicos y nadie nos ha pedido aún ayuda.
Basta ya de autoridades pusilánimes, de normas que no se cumplen y no mandan a las fuerzas de seguridad y militares a hacerlas cumplir, de no ser transparentes con las compras y los requisamientos de material y de cómo se distribuye. De no dar cuenta de por qué no se están haciendo las pruebas diagnósticas de Covid-19 a todos los sospechosos de contagio, sobre todo al personal sanitario de primera línea, poniendo en riesgo su salud y la de sus familias, amén de que pueden seguir diseminando la enfermedad ante la falta de medios de protección de contagio.
Tenemos un sistema sanitario muy bueno, pero unas autoridades sanitarias incompetentes y pusilánimes.
Siento ser tan pesimista, o quizás soy realista. Sólo quiero deciros a todos los compañeros médicos que este Colegio ya no va a callar más. Que queremos medidas valientes y eficaces ante este drama. Que se nos diga la verdad. Todos los médicos y resto de profesiones sanitarios estamos luchando por los pacientes, pero sin medios ni organización nuestro trabajo muchas veces es poco eficaz.
Os animo a seguir luchando sin desfallecer por nuestros pacientes y sus allegados, a los que tampoco hemos de olvidar de informar y comprender la angustia por sus enfermos aislados o fallecidos.
Ánimo, que gracias a vuestro trabajo esto lo superaremos. Y por favor os pido que trasladéis a los Colegios de Médicos todas vuestras inquietudes, por teléfono, email o redes sociales, la información de la situación que estáis viviendo, las carencias, las sugerencias de mejora, las ideas… que queremos ser la voz de la profesión médica y de los ciudadanos y exigiremos a nuestras autoridades todo lo que sea necesario.
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