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¿Por qué tarda tanto en llegar el material sanitario?

Cuando estalló la crisis en Italia, nuestros distribuidores de estos productos en Francia y Alemania dieron la orden de no servir a otros países

Hay que recurrir al origen de los productos, en este caso, China, y los plazos se alargan
Hay que recurrir al origen de los productos, en este caso, China, y los plazos se alarganDefensa

Ya han pasado más dos horas desde que Cristina terminó su turno. Y, aun así, su cara sigue llena de magulladuras provocadas por las gafas y la mascarilla que tiene que usar en turnos de hasta 10 horas. «Sufrirlas significa que, al menos, tenemos la posibilidad de protegernos. Otros compañeros ni siquiera cuentan con esa opción», lamenta esta enfermera del Hospital La Princesa de Madrid. La escasez de material ha provocado que solo se puedan cambiar de guantes en ocasiones contadas. Así, mientras España se aproxima al ansiado pico de casos de Covid-19, los sanitarios muestran su disconformidad ante la falta de protección en mitad de una crisis sanitaria que deja ya 85.195 afectados y 7.340 muertos.

Desde su comienzo, el Gobierno ha prometido una y otra vez que los ansiados cargamentos ya están a punto de llegar. Sin embargo, si bien es cierto que ya ha aterrizado uno con 1,2 millones de mascarillas, también lo es que resultan insuficientes. «Estamos espabilando, pero gracias al instrumental que ya teníamos», subraya Juan Jorge González Armengol, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias. «No nos ha quedado otra que enfrentarnos a la epidemia con lo puesto».

Pero, ¿por qué no terminan de llegar los pedidos? «Estos productos proceden de distribuidores de Francia y Alemania. Cuando estalló la crisis en Italia, estos agentes dieron la orden de no dispensar más material al resto de países europeos para abastecer sus propios mercados», explica Álvaro Hidalgo, profesor titular de Economía de la Salud y Gestión Sanitaria de la Universidad de Castilla La Mancha y presidente de la Fundación Weber.

Este hecho hizo que la cadena se rompiese, dejando al país en una situación de desabastecimiento. Lo que propició que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, abriese la mano a las transacciones regionales. «Se realizan a través de concursos que, en la mayoría de los casos, lideran las Comunidades Autónomas, pues tienen delegadas las competencias en materia de Sanidad. De tal modo que el Ministerio, salvo para Ceuta y Melilla a través de Ingesa, no está acostumbrado a realizarlas», continúa Hidalgo. A lo que hay que sumar otro problema más: la burocracia. Hasta ahora, las autonomías compraban material a través de distribuidores que se encargan de realizar todos los trámites posibles con el vendedor; pero como estos ya no actúan como intermediarios, hay que acudir al origen. Es decir, a China. «Y ahí la situación se complica porque, al no estar habituados a ella, los plazos se alargan».

Todo eso está dando lugar a retrasos prolongados que tienen como principal consecuencia la escasez de utensilios básicos en todo el país. Se nota especialmente en Madrid, aunque también en Galicia, Andalucía o Navarra, donde por el momento han recibido menos enseres de los prometidos. Según Illa, en las próximas ocho semanas llegarán 550 millones de mascarillas y 11 millones de guantes. Pero, visto el panorama de muchos hospitales, la pregunta más repetida es: ¿por qué no había en España una reserva de material sanitario para amenazas como ésta? «Porque no hemos tomado conciencia de lo que pasó con el SARS, el MERS y el H1N1, como sí hicieron los países asiáticos», mantiene Antonio Cabrera, experto en Gestión y Logística sanitaria. «Ellos ya pasaron por una situación similar que nosotros ignoramos y que les llevó a almacenar el material que ahora necesitamos».