Coronavirus

España no cuenta con fábricas capaces de producir la vacuna del Covid-19

Seis plantas veterinarias y una empresa vasca de terapia génica podrían suplir esta carencia y manufacturarlas en nuestro país

posibles fábricas de vacunas en españa
Las siete posibles fábricas de vacunasJosé Maluenda

Siete mil millones de personas en el mundo, un mundo que en este momento se encuentra en estado de pandemia sanitaria por culpa de un virus, el SARS-CoV-2, a la espera de un tratamiento eficaz que lo cure y, sobre todo, de una vacuna que lo evite. Más de cien proyectos a todo lo ancho y largo del planeta buscan dar con ese antídoto que nos libre del riesgo de contraer el Covid-19, algunos ya avanzados con ensayos en humanos en fases 2 y 3. La pregunta que surge ahora una vez que, más pronto que tarde se disponga de ella/s es, ¿habrá para todos?Y, sobre todo, ¿dónde se producirán y cómo se repartirán?

Parece que hay quorum en cuanto a que en un primer momento éstas se deberán distribuir entre profesionales sanitarios y los grupos de riesgo (personas mayores, con patologías respiratorias, crónicas, etc.). Sin embargo, la parte de quién las fabricará no está tan clara. Es más, en el caso concreto de España, donde a día de hoy no se producen vacunas para uso humano en el territorio nacional, surge una duda más: ¿influirá este hecho en el acceso a la misma? ¿Podría esto dejar a nuestro país fuera de su reparto?

Consciente de esta situación, el Gobierno ha contactado con la industria española de sanidad y nutrición animal, tal y como confirma Veterindustria, sobre sus medios para ver las posibilidades de fabricación de la vacuna contra el Covid-19 de cara a producir los millones de unidades que serán necesarias, una vez que la misma estuviera disponible. La idea: poder adaptar estas plantas de vacunas animales para hacer las del SARS-CoV-2.

De hecho, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante una comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados para explicar las líneas de actuación de su departamento en lo relacionado con la consecución de la vacuna, hizo públicos estos contactos «para conocer su capacidad y asesorarles en los pasos necesarios para conseguir los requisitos y poder obtener la autorización de fabricación de vacunas de uso humano». Y es que existen seis laboratorios con planta de fabricación de vacunas a nivel industrial en España (ver gráfico), un área en el que, paradójicamente, somos una «superpotencia». Así, una de las estrategias para suplir la capacidad de producción podría pasar por una homologación de esas plantas por parte de la Agencia Española del Medicamento (Aemps).

Pero, ¿es esto factible? «Puesto que se están desarrollando varias vacunas, cada una de las cuales con singularidades propias de fabricación y control, basadas en desarrollos independientes; algunas de ellas nunca se han fabricado a escala industrial por lo que, para las de nueva tecnología, España es tan buen candidato para su fabricación como cualquier otro país del mundo. Otras inmunizaciones tienen una tipología que requiere unas instalaciones de fabricación tradicionales de estos productos que en España tenemos para vacunas de uso animal y también de uso humano, aunque en este caso, con capacidades muy limitadas. En estas circunstancias, se podrían adecuar las plantas de producción o ampliar las instalaciones a estas necesidades. En cualquier caso, son las compañías a título individual las que deben evaluar la conveniencia o no de ello», alegan desde Farmaindustria, la patronal de los laboratorios farmacéuticos.

La sorpresa vasca

A estas opciones habría que sumarle una más: la dela empresa donostiarra Viralgen, especializada en la producción de vectores virales para terapia génica, y que va a fabricar de manera masiva la vacuna contra el Covid-19 que están desarrollando el Massachusetts General Brigham Hospital (MGB) y la Universidad de Harvard. Esto es posible porque la empresa creada en San Sebastián en 2017 dispone de la tecnología que «permite la producción de grandes volúmenes de virus adenoasociados en un tiempo reducido y con la versatilidad de adaptarse a variaciones que puedan ocurrir con el virus que causa el Covid-19», explica Javier García Cogorro, CEO de Viralgen, quien, aunque asegura que hasta que no se acabe el ensayo clínico que defina la vacuna y su eficacia no podrá precisar qué cantidad producirá la empresa, sí afirma que «nuestro objetivo es producir cientos de millones de dosis».

«Queremos que una parte de la producción se quede aquí, pero no hay aún nada definido. Para eso habría que llegar a una acuerdo entre las entidades. Nosotros estamos trabajando con la Aemps para que nos ayude con la aprobación de los procesos y es a ella a quien compete este tipo de negociaciones», asegura García Cogorro. No hay que olvidar que la vacuna en cuestión es de origen norteamericano, y la política emprendida por el presidente de los EE UU que se traduce en su frase «América primero».

«El hecho de tener plantas de producción no es tan importante como el de disponer de los derechos sobre la vacuna, salvo que fuera una de las que se están investigando en España y, en ese caso, no creo que nos faltara quien se encargará de fabricárnosla. Tenemos el ejemplo de cuando la crisis de la gripe A: entonces hicimos contratos con las compañías que producían la vacuna y nos la hicieron. El tema no es tener o no plantas, es tener los derechos. Si Europa quiere que sus conciudadanos tengan vacunas hay que llegar a acuerdos. Es necesaria una acción internacional para ponerla a disposición de todos los países», asegura José Martínez Olmos, ex secretario general de Sanidad entre 2005 y 2011.

Dos intentos fallidos

En su opinión, la OMS debería liderar una acción conjunta de reparto equitativo de las vacunas en el que, asegura, las industrias han mostrado interés por colaborar. «Muchas compañías se ofrecen a este planteamiento. El problema de la fabricación de la del Covid-19 sólo podremos resolverlo si se produce en todas las plantas de vacunas del mundo. La única manera de dar respuesta en el menor tiempo posible es mediante una alianza. Eso requiere que organismos como la OMS o la UE promuevan acuerdos a nivel internacional, sea quien sea quien la encuentre», sostiene Martínez Olmos.

«La producción de medicamentos es hoy global y muy especializada debido a la complejidad y a las exigencias de producción. El autoabastecimiento no es, ni mucho menos, lo habitual. Las compañías especializan sus diferentes plantas para la producción de ciertos medicamentos que exportan a todo el mundo –coinciden desde Farmaindustria–. Tanto si España finalmente produce vacunas Covid-19 como si no las produce, no consideramos el autoabastecimiento como una posibilidad verosímil en los tiempos actuales».

Hasta en dos ocasiones se ha planteado la posibilidad de establecer una fábrica de vacunas en territorio nacional. Sin embargo, ambos intentos no llegaron a fructificar. El primero, en 2006, explica Martínez Olmos, tras la gripe aviar se valoró en el Consejo Interterritorial esa posibilidad de establecer en Madrid una planta de la empresa suiza Berna Biotech y fracasó. El segundo, en 2009, coincidiendo otra vez con una alerta sanitaria, esta vez con la gripe A, aunque más avanzado –se llegaron a acuerdos entre el Gobierno, la Junta de Andalucía y los laboratorios Rovi, que ponía su planta en Granada, y Novartis, que hacía lo propio con la parte técnica–, tampoco salió adelante. ¿Logrará el nuevo coronavirus lo que otras pandemias no consiguieron?

Fuera del acuerdo europeo

La semana pasada se conoció que un bloque de países compuesto por Alemania, Francia, Países Bajos e Italia ha acordado unir sus fuerzas en una autodenominada «Alianza Inclusiva por la Vacuna». El objetivo: reforzar su papel negociador con los laboratorios farmacéuticos que están trabajando en el desarrollo de una vacuna para frenar el Covid-19. Sin embargo, y por lo menos de momento, España se habría quedado sin poder participar de esta iniciativa europea ante la ausencia de una infraestructura necesaria para poder contribuir a esta producción masiva de inmunizaciones.