V Premios Jóvenes Investigadores
Premiar el talento joven para garantizar un futuro mejor
La Fundación AstraZeneca reconoce el trabajo de cuatro investigadores y su compromiso con la sociedad
Bajo el leitmotiv «Un silencio que salva vidas», la Fundación AstraZeneca ha querido tributar, en la quinta edición de sus Premios Jóvenes Investigadores, un reconocimiento especial al trabajo de los científicos en un año marcado por la pandemia de la Covid-19. Se trata de una iniciativa que busca reconocer y fomentar la innovación científica de mano de los jóvenes españoles menores de 40 años con una beca de 20.000 euros cada uno para continuar con sus proyectos de investigación.
La inauguración corrió a cargo de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que destacó la importancia de impulsar el talento científico joven nacional «en un momento en que la situación de crisis sanitaria pone de manifiesto, más que nunca, la importancia de la investigación para mejorar la calidad de vida».
Como novedad en esta edición, a las tres categorías habituales («Respiratorio», «Cardiovascular, Renal y Metabolismo» y «Oncología, Terapia personalizada e Inmunoterapia») se ha añadido una subcategoría para proyectos sobre la Covid-19. Más del 35% de las candidaturas presentadas estaban relacionadas con la investigación sobre el coronavirus.
Premios Covid-19
María Dolores Sánchez Niño, licenciada en Biología y doctora en Biomedicina, fue precisamente la ganadora en esta categoría por su trabajo «Nuevos inhibidores de NIK: impacto sobre la enfermedad renal crónica experimental y sobre la maquinaria celular secuestrada por SARS-CoV-2», desarrollado en el Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. «Después de la edad, la enfermedad renal crónica es el factor de riesgo más frecuente para la Covid-19 letal y además, el que más aumenta el riesgo de Covid-19 letal. No tenemos claro por qué mueren más los enfermos renales que los que padecen otras patologías, pero hemos descubierto la influencia de la enfermedad renal sobre algunas proteínas que facilitan la entrada del virus en las células. Con el proyecto premiado pretendemos validar estos datos y diseñar estrategias de tratamiento que protejan al enfermo renal del Covid-19 grave. En concreto, estamos estudiando cómo disminuir el número de puertas de entrada del virus dentro de la célula. Para ello hemos diseñado fármacos que inhiben NIK. De esa manera pretendemos reducir las proteínas que emplea el virus para infectarnos, ya que el SARS-CoV-2 utiliza proteínas de la membrana de la célula como puerta de entrada y una vez dentro secuestra la maquinaria celular para reproducirse y multiplicarse», explica.
Premios Respiratorio
El premio en la categoría «Respiratorio» recayó sobre Ana Pardo Saganta por su investigación en el campo de la medicina regenerativa en el pulmón, orientada al «Estudio de la inflamación, fibrosis y regeneración del pulmón tras un daño» desarrollada en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de Pamplona, Navarra.
«Las enfermedades respiratorias que estudiamos y en las que nuestra investigación podría tener una aplicación en el futuro incluyen fibrosis pulmonar idiopática, EPOC, asma, hipertensión pulmonar y Covid-19», cuenta la investigadora. Respecto a esta última, continúa, «lo que proponemos estudiar es si los mecanismos implicados en el desarrollo de fibrosis pulmonar que hemos identificado ocurren también en la fibrosis desarrollada a consecuencia de la infección por SARS-CoV-2, de manera que su inhibición impidiera el desarrollo de fibrosis y favoreciera la recuperación de estas personas. Estamos a la espera de conseguir financiación para poder llevar a cabo este estudio».
Premios Oncología
Jon Zugazagoitia Fraile, por su parte, recibió el premio en la categoría «Oncología, Terapia personalizada e Inmunoterapia», por su línea de investigación «Identificación y validación de mecanismos de resistencia a inmunoterapia y terapias dirigidas en cáncer de pulmón» desarrollada en el Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12), en Madrid. «Creemos que identificar estos mecanismos puede dar lugar al desarrollo de nuevos tratamientos frente a los mismos, y así poder ayudar a más pacientes con este tipo de enfermedad». Para lograrlo, cuenta, «una de las maneras es utilizar los tratamientos más efectivos y selectivos frente a alteraciones moleculares concretas desde un principio o en fases más iniciales de la enfermedad para, en lugar de tratar la resistencia, evitar que la resistencia aparezca, o al menos retrasarla lo máximo posible. El uso de combinaciones de diferentes fármacos que actúen sobre mecanismos y vías tumores diferentes (no redundantes) es también otra de las maneras que se están explorando para “prevenir” la resistencia».
Premio Honorífico
Además, María José Alonso Fernández fue reconocida con el III Premio Honorífico a la Excelencia en la Trayectoria Científica por su destacada carrera investigadora en el campo de la biofarmacia y nanomedicina, una campo en el que lleva 30 años trabajando. «Creo que me decanté por este ámbito por su carácter práctico, dirigido a mejorar el tratamiento y prevención de enfermedades, pero también por la inspiración que me ofrecía el profesor José Luis Vial Jato. Mi interés se fue acrecentando en la medida en que conocía mejor el mundo de la ciencia y fue durante mi estancia post-doctoral en la Universidad de París Sur (1986-87) cuando, bajo la dirección del Profesor Patrick Couvreur me inicié en el mundo de la nanotecnología farmacéutica. Este ámbito me resultó apasionante por cuanto suponía adentrarme en la creación de medicamentos más avanzados, terapias más dirigidas y personalizadas», asegura. Inventora en 22 familias de patentes, dice sentirse «orgullosa de todas, ya que todas son el resultado de descubrimientos singulares y con un alto potencial traslacional. Las últimas patentes, en el ámbito del cáncer, podrían suponer un gran paso en el desarrollo de terapias personalizadas basadas en el uso de fármacos monoclonales».
Ejemplos como el suyo sirven de referente para muchas niñas y mujeres en el campo de la ciencia. Y, aunque aún queda mucho camino por recorrer para conseguir la igualdad en el ámbito científico, el número de mujeres investigadoras en España crece año a año. Prueba de ello es que en esta edición, de las 69 candidaturas presentadas, el 64% son proyectos liderados por mujeres, un 7,8% más respecto a la edición anterior.
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