Pandemia
Caos tras el estado de alarma
El estado de alarma tenía que terminar porque la suspensión de derechos y libertades en democracia no puede ser una constante, máxime cuando en Madrid se ha demostrado que es compatible luchar contra la pandemia con mantener la economía abierta. Sobre todo si, además, la excepcionalidad del estado de alarma estaba permitiendo que Gobierno central y las Autonomías tuvieran barra libre para contratar a dedo sin necesidad de licitar, saltarse a la torera la ley de Transparencia, gobernar a golpe de decreto y orden ministerial y monitorizar la opinión, entre otras barbaridades.
Pero levantar el estado de alarma implicaba haber consensuado y aprobado una legislación sobre pandemias que permitiera tomar medidas para implantar restricciones a la movilidad, como parece lógico que suceda. Nada se ha hecho por el Gobierno de Sánchez, pues nada han trabajado al respecto. La situación ahora es de caos jurídico absoluto. ¿Quizás para justificar nuevos estados de alarma?
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