Investigación
Los beneficios del remo en pacientes con cáncer de mama
Un estudio español analiza cómo ayuda este deporte en su recuperación
«Mi vida se paró en febrero de 2015 y mi agenda pasó a tener sólo temas médicos, como análisis, cirugía, ciclos de quimioterapia, reconstrucción bilateral, revisiones, pruebas y citas para recoger resultados, especialmente durante los primeros dos años», explica Adela, paciente con cáncer de mama. Pronto descubrió los beneficios del deporte, primero con el yoga y ahora con el remo. Y es que son numerosos los estudios científicos que concluyen que realizar ejercicio físico es crucial frente al cáncer. Así, un estudio publicado en «JAMA Internal Medicine» reveló que hacer deporte reduce el riesgo de desarrollar hasta 13 tipos de cáncer, entre ellos el de pulmón, el de colón o el de mama. En España, una investigación elaborada por Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) determinó que las mujeres que no realizaban ejercicio físico presentaban hasta un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Realizar ejercicio físico es importante en la prevención de esta patología, pero también durante y después del tratamiento. Con el fin de analizar cuáles son los beneficios del deporte una vez finalizado el tratamiento adyuvante, el Servicio de Oncología Médica de Quirónsalud Sagrado Corazón-Oncoavanze, en Sevilla, ha puesto en marcha un estudio que medirá las ventajas de la práctica de remo olímpico en el proceso de recuperación de pacientes con cáncer de mama.
Pero, ¿por qué remo? «Se trata de un ejercicio muy completo de acondicionamiento aeróbico y muscular que trabaja grandes grupos musculares en un entorno al aire libre y de forma colectiva, por lo que estamos convencidos de los beneficios que va a aportar –su práctica– en la recuperación física y psicológica de las pacientes que han superado un cáncer de mama», explica la oncóloga María Valero, una de las investigadoras principales del proyecto.
«Nuestro objetivo –prosigue– no es sólo trabajar en la mejora de las posibles secuelas de los tratamientos oncológicos, sino también incidir en la importancia de adquirir hábitos de vida saludables con la práctica de ejercicio físico».
Para ello, se estudiará la eficacia del entrenamiento durante los dos meses de duración, en los que «mediremos las mejoras en la capacidad cardiovascular, funcional y resistencia muscular. Pero no sólo se producen mejoras físicas y funcionales, el hecho de ser una actividad física-recreativa al aire libre en la que se disfruta de un entorno relajante en contacto con la naturaleza, ayuda a mejorar el estado de salud mental y social, produciendo un efecto positivo sobre la calidad de vida», precisa Matilde Mora, doctora en Ciencias del Deporte, profesora de la Universidad de Sevilla, presidenta de VidaON (proyecto que empieza en 2014 tras su experiencia personal con el cáncer de mama) y la otra investigadora principal de este proyecto en el que participan 20 pacientes.
Adela es una de ellas: «Durante el confinamiento empecé a hacer algo más de ejercicio con la asociación VidaOn. Al principio me costó mucho esfuerzo, pero eran sesiones divertidas y me fui enganchando. Eran cortas pero muy completas y adaptadas a nuestras limitaciones». Pronto empezó a notar una mejoría física: «Me parecía increíble volver a tener agilidad, reforzar la musculatura y, sobre todo, volver a recuperar la confianza en cosas tan sencillas como poder bajar una escalera sin pensar dónde cogerme o alcanzar a coger cosas».
Después de esta experiencia «no dudé en apuntarme al proyecto (de remo). Me emociona tener las fuerzas suficientes para poder participar y, especialmente, compartir esta buena noticia con mi familia, que me ha sostenido siempre, y con la gente que me quiere y que me ha apoyado tanto en los momentos complicados», explica Adela, quién, como el resto de participantes, ha realizado un curso de iniciación al remo, como fase previa al entrenamiento que se está realizando en las instalaciones del Centro Especializado de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo (CEAR) de Sevilla.
Quimioterapia
En paralelo a esta investigación, la Fundación Quirónsalud ha concedido una beca de investigación al proyecto VidaON que se centra en el estudio del impacto del ejercicio físico sobre pacientes de cáncer de mama, pero en este caso durante su fase de tratamiento quimioterápico.
El proyecto se realizará durante dos años con 40 participantes a los que se les tomarán mediciones al inicio de la quimioterapia, al finalizar la primera fase del tratamiento y tras finalizar el mismo, incluyendo una fase de seguimiento a los tres meses del mismo. Todo ello con un objetivo: mejorar la calidad de vida de estos pacientes a través del deporte, ya que «reduce la ansiedad y mejora la calidad de sueño y la autoestima, lo que les permite llevar los tratamientos con una actitud más positiva», concluye la oncóloga, que recomienda «realizar ejercicio con un nivel de intensidad moderado-alto entre tres y cinco días a la semana, según el paciente, el tipo y estadio del cáncer y la fase de tratamiento en la que se encuentre».
✕
Accede a tu cuenta para comentar