Traumatología
Así funciona la radiofrecuencia para acabar con el dolor tras una cirugía de columna
Una nueva técnica permite la cirugía mínimamente invasiva en pacientes con secuelas post intervención
Presentar dolor después de una cirugía de columna resulta más habitual de lo que sería deseable, ya que «puede aparecer en un rango de 20 al 40% de las intervenciones realizadas. Del mismo modo, se ha demostrado que, tras una primera cirugía de columna y que resulte como secuela este cuadro de dolor, cuanto más se insista en una reintervención para intentar resolverlo, el éxito quirúrgico va disminuyendo de forma directamente proporcional al número de cirugías, esto es, a mayor número de intervenciones, peor resultado tendrá y, por tanto, menos éxito quirúrgico», explica el doctor Domingo Ventura, anestesiólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla.
Esto ocurre, sobre todo, cuando se trata de cirugías lumbares, como hernias discales o estenosis de canal, principalmente cuando llevan asociadas un implante de material metálico. «En este caso resulta común que el paciente vuelva a presentar un cuadro de dolor, de similares y a veces idénticas características al que les condujo al quirófano en un primer momento», advierte el doctor Ventura, quien explica que «este cuadro clínico ha recibido muchas denominaciones, tales como síndrome de cirugía fallida de espalda o síndrome postlaminectomía, entre otras». La clave de este problema es que se origina debido a los naturales fenómenos de cicatrización que, en determinados casos, asientan sobre los nervios sobre los que se buscaba tratar las cirugías y que, en ocasiones, lleva a los pacientes a reintervenirse, a veces sin pronóstico de resolución.
Pero a pesar de este escenario, hay una nueva alternativa en nuestro país capaz de solventar la aparición de dolor tras una cirugía de columna. Se trata de una técnica «con excelentes resultados que consiste en introducir una sonda por un espacio natural que existe en el hueso sacro e ir navegando por el canal medular, que es por donde discurren las raíces nerviosas, tras su origen en la médula espinal, antes de abandonar la columna y seguir su camino, hacia los miembros inferiores. Una vez se localicen las raíces a tratar, se realiza una técnica de radiofrecuencia pulsada, es decir, que genera calor a unos 40 grados centígrados, sobre dichas raíces, de forma que mediante complejos mecanismos, altera la transmisión dolorosa, con lo cual, reduce la sensación de dolor. De esta manera, se logra un objetivo que con otras técnicas resulta difícil de alcanzar», asegura el doctor Ventura, quien destaca que «además, se trata de una intervención mínimamente invasiva en régimen ambulatoria, indolora, bajo control radiológico y sedación. Así, se consigue controlar cuadros dolorosos que no se controlan ni con el uso de derivados mórficos ni con la aplicación de técnicas quirúrgicas».
Para aprovecharse de las ventajas que aporta esta nueva técnica, la única característica que hay que cumplir y la más importante «es referir un tipo concreto de dolor tras una cirugía de columna en región lumbar y/o miembros inferiores. Dicho esto, es preciso una adecuada historia clínica y exploración, así como el apoyo de estudio de imagen, para comprobar que efectivamente el dolor que refiere el paciente es debido a este problema y por supuesto que no existe ninguna circunstancia concomitante en el paciente que contraindique esta técnica», detalla el especialista.
Si se cumplen estos requisitos, las ventajas de probar esta nueva técnica resultan muy amplias, ya que «se ofrece una alternativa de intento de resolución del dolor, poco invasiva, a reiteradas cirugías», explica el doctor Ventura, quien insiste en que «esta técnica tiene una posición muy clara, como un intento menos invasivo de resolver el dolor, previo a otras, como la neuroestimulación medular o incluso la reintervención. Los efectos no son permanentes, pues el daño en las raíces nerviosas es una secuela estructural, de forma que, sin una clara periodicidad, se tendrá que volver a repetir cuando sea preciso para el dolor del paciente».
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