Fármacos para la erección (V)

Para finalizar esta sección, vamos a describir los últimos escalones de tratamiento cuando la pauta farmacológica fracasa en la disfunción eréctil: las inyecciones intracavernosas y las cremas (aunque las últimas pueden usarse desde el inicio de los síntomas). El tratamiento con inyecciones consiste en inyectar dentro del pene una sustancia que produce una erección sin necesidad de estímulo sexual. Se debe enseñar al paciente a ponérselas. Este producto es el mismo que utilizamos en la prueba de la ecografía doppler de pene, cuando estudiamos la vascularización y respuesta vascular del mismo. Esta opción suele ser descartada por una gran parte de los hombres por la incomodidad de tener que pincharse, aunque la inyección es prácticamente indolora.

Otra alternativa son las cremas que se introducen por la uretra (con dos formulaciones diferentes) y actúan de la misma forma que las inyecciones. Estos productos tienen un agente vasoactivo llamado alprostadilo que permite la erección sin necesidad de deseo sexual. La colocación directa del fármaco dentro del meato uretral incrementa el nivel de eficacia del tratamiento y la confianza del paciente, sin aumentar la incidencia de efectos secundarios. Si con estos no obtienen los resultados deseados, la única opción válida es la colocación de una prótesis de pene, que garantiza al 100% su dureza para tener relaciones satisfactorias. Se introducen unos cilindros en los cuerpos cavernosos del pene con un dispositivo dentro del escroto, que permite al paciente inflar la prótesis cuando lo desee y el tiempo que lo desee. Esta prótesis no es visualizada desde fuera y permite recuperar la confianza y actividad sexual que el paciente había perdido.

Aunque la disfunción eréctil no tiene curación, sí múltiples tratamientos que mejoran la vida sexual.

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