Opinión

Visibilizar la lucha contra la depresión

Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y OPS y ex Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

La OMS estima que aproximadamente 280 millones de personas la padecen en todo el mundo, lo que representa un 3,8% de la población del planeta
La OMS estima que aproximadamente 280 millones de personas la padecen en todo el mundo, lo que representa un 3,8% de la población del planetaObjetivoBienestarLa Razon

Quiero sumarme a dar visibilidad a la salud mental en este mes de enero, mes de la lucha contra la depresión. La OMS estima que aproximadamente 280 millones de personas la padecen en todo el mundo, lo que representa un 3,8% de la población del planeta. La depresión es considerada la primera causa mundial de discapacidad, está asociada a las causas de suicidio y se da en mayor porcentaje en las mujeres. Para otro día dejo, la discusión sobre la brecha de género que presenta esta enfermedad, y comprender cómo influye la desigualdad que sufrimos las mujeres en la manifestación de ésta dolencia de salud mental.

La depresión tiene una incidencia importante en las tasas de mortalidad y morbilidad, más allá de su vinculación con el suicidio. Y afecta a personas de todas las edades, aunque de manera muy significativa en adolescentes y mayores. La pandemia no ha hecho más que venir a visibilizar de manera más evidente y a agravar el problema el drama de esta enfermedad, que, además, lleva aparejada (como sucede con las enfermedades de salud mental) el estigma y el tabú.

Una dolencia de salud mental que a veces, desde fuera, no se sabe entender del todo bien. La depresión es algo más que estar triste. La tristeza como emoción no es patológica. Pero cuando la tristeza es persistente y no te deja funcionar con normalidad en lo cotidiano, acompañándose de sensación de vacío, irritabilidad, desinterés y de desconexión con tu entorno, impidiendo el disfrute de la vida; ya estamos hablando de un problema. Y, además, grave.

En este mes de enero me sumo a todas aquellas personas activistas por la salud mental y a las y los profesionales que reivindican mayor protagonismo en el abordaje de la depresión. Y más allá del apoyo institucional y político, reclamo empatía y comprensión social para desterrar el estigma y apostar por una sociedad más colaborativa y solidaria que protege frente a la depresión y el suicidio.