Asma

Se recetan muchos más corticoides de lo recomendado

Una investigación española con más de 100.000 pacientes con asma bronquial revela que, pese a sus efectos secundarios adversos, el uso de estos fármacos sistémicos ha subido en 4 años de poco más del 31% a casi el 40% de los casos

Más de la mitad de pacientes con asma bronquial ha tomado en algún momento corticoides sistémicos, según el estudio
Más de la mitad de pacientes con asma bronquial ha tomado en algún momento corticoides sistémicos, según el estudioDreamstimeDreamstime

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes: se estima que cerca de 340 millones de personas la padecen en el mundo. En un ataque de asma las vías respiratorias pueden inflamarse y estrecharse. Por sus propiedades antiinflamatorias y por su acción rápida e intensa, las guías médicas recomiendan corticoides sistémicos, un tipo de fármaco dirigido al tratamiento a corto plazo de exacerbaciones de asma graves, o como terapia de mantenimiento adicional en pacientes con enfermedad grave que no responden a corticoides inhalados de mantenimiento en dosis altas. De acuerdo a dichas guías médicas, los corticoides sistémicos deben restringirse a aproximadamente el 10% de los pacientes con enfermedad grave, dado que su uso se asocia a un mayor número de efectos adversos en la práctica clínica.

Un estudio recién publicado por científicos españoles en la revista “Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology”, ha evidenciado el uso excesivo de corticoides en el tratamiento del asma bronquial, especialmente en los servicios médicos de atención primaria. La investigación, titulada “Corticoides sistémicos en pacientes con asma bronquial: un estudio de la vida real”, analiza casi 283 millones de documentos procedentes de historias clínicas electrónicas de 2,7 millones de pacientes de la red sanitaria de Castilla-La Mancha (Sescam) de forma anonimizada con tecnologías de procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje automático para mejorar el conocimiento de la enfermedad.

Además, según los resultados, los corticoides sistémicos se emplean habitualmente para tratar el asma, con una frecuencia acumulada en las prescripciones que aumenta progresivamente cada año, y que ha pasado del 31,4% en 2015 al 39,6% en 2019. De acuerdo a las cifras, el porcentaje de pacientes que en el período de estudio ha tomado corticoides sistémicos no ha sido en ningún momento inferior al 15%. Estos medicamentos se prescribieron principalmente en servicios de atención primaria (59%), con un uso muy elevado, y con mucha menos frecuencia en los departamentos de Alergología (13%) y Neumología (20%). Aunque la diferencia entre las dos últimas puede explicarse por diferencias en la edad y el perfil de los pacientes, no se ha podido explicar el uso generalizado en atención primaria.

En cuanto a los principales efectos secundarios, algo más del 10% de los pacientes que recibieron corticoides sistémicos desarrollaron osteoporosis, frente al 2,5% que la padeció sin haberlos tomado. En el caso del glaucoma, los porcentajes fueron el 3,5% y el 1,2% respectivamente en función de la prescripción de corticoides sistémicos o no.

Cuatro años analizados

“La única manera de determinar la situación real del asma y el consumo de corticoides sistémicos es analizando al conjunto de la población, como en esta investigación”, asegura su autor principal, José Luis Izquierdo, jefe de Neumología del Hospital de Guadalajara y director de la cátedra sobre enfermedades inflamatorias de las vías aéreas de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). Según los investigadores, la amplia muestra de pacientes usada -con más de 100.000 diagnosticados y tratados por asma bronquial-, hace extensibles los resultados obtenidos al conjunto de la población española, donde los asmáticos graves ascienden a casi el 4% de las personas que sufren esa enfermedad.

La investigación -en la que también ha participado Carlos Almonacid, jefe de Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Toledo, junto con investigadores del Departamento de Alergología del Hospital Ramón y Cajal, y de Medicina Respiratoria del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, además de la empresa clínica Savana- es representativa del manejo del asma bronquial en la población asmática adulta. El periodo de estudio fue del 1 de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2019, y se evaluó de manera global, con cortes anuales posteriores, lo que permitió conocer no solo la situación de la enfermedad durante este periodo, sino también cómo ha ido progresando cada año. Se excluyó el 2020 por la distorsión generada por la pandemia del coronavirus. Los resultados han confirmado la necesidad de implementar medidas para reducir la prescripción de corticoides sistémicos a pacientes con esa enfermedad.

En ese tiempo, 103.667 pacientes (el 59,8% eran mujeres) fueron diagnosticados y tratados de asma en los diferentes niveles asistenciales. Más de la mitad, 58.745, los había tomado en algún momento para el tratamiento de la enfermedad. El perfil del paciente era de mayor edad (una media de 48 años), con mayor prevalencia de hipertensión, dislipidemia, diabetes, obesidad, depresión y hernia de hiato. El objetivo del estudio fue determinar el consumo de corticoides sistémicos en todos los asmáticos atendidos en la comunidad de Castilla-La Mancha, independientemente de la gravedad de la enfermedad,usando herramientas de análisis de Big Data y sistemas de inteligencia artificiala través de la plataforma clínica Savana. Se creó una base de datos de pacientes totalmente disociada y anonimizada, de modo que todos los informes del estudio contenían solo datos agregados y no era posible identificar a los pacientes ni a los médicos.