¿Pidió el Gobierno a Simón que obedeciera sus órdenes?

Desde que estalló la pandemia, en marzo de 2020, se ha hablado, y mucho, del sesgo ideológico que ha impregnado numerosas decisiones del Gobierno en detrimento de los criterios científicos que deberían guiar la gestión de una crisis de este tipo. El adalid de las quejas ha sido la Comunidad de Madrid, y a ellas se han sumado a lo largo de estos meses, como es lógico, el PP, Vox y un nutrido grupo de profesionales sanitarios. Alguno de ellos, por cierto, de renombre, como el ex responsable de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz.

Los ejemplos de la prevalencia de este tinte político sobre el científico en las decisiones gubernamentales para luchar contra el virus son innumerables, pero los más comunes son los que tienen como perjudicada a Madrid. Baste recordar que el Ministerio de Sanidad retrasó la desescalada de esta autonomía al final de la primera ola sin un informe científico que lo avalara, y que decretó un estado de alarma «ad hoc» para esta región cuando autonomías socialistas como Navarra iban peor. La mayor parte de las denuncias de este proceder han partido de profesionales independientes y también de organizaciones o administraciones regidas por la derecha.

Sin embargo, una de las más recientes sorprende por provenir de la izquierda. Ángeles Maestro, una especialista en Medicina Preventiva que destacó por su dureza en las críticas al PP de José María Aznar cuando era portazoz de Sanidad de IU, ha echado leña al fuego al destapar que en la primera fase de la pandemia hubo órdenes directas al equipo de Fernando Simón para que primara las decisiones políticas sobre las técnicas, lo que provocó la salida de epidemiólogos honestos. ¿Qué tiene que decir Sanidad al respecto?