Estudio

Objetivo: medir el riesgo futuro de padecer un ataque de asma

Diez hospitales españoles participan en el estudio AIRQ para mejorar el control de la enfermedad

El 10% de los niños y el 5% de los adultos de nuestro país tienen asma
El 10% de los niños y el 5% de los adultos de nuestro país tienen asmaDREAMSTIMEDreamstime

Tos repetitiva, falta de aire, pitidos o sensación de opresión en el pecho son algunos de los síntomas más característicos que pueden hacer sospechar que uno tiene asma. Un 5% de los adultos y un 10% de los menores sufren esta enfermedad en España, por lo que en cualquier clase es probable que haya un par de alumnos que tenga que usar su inhalador.

Esta patología respiratoria suele comenzar antes de los 10 años, y es menos frecuente que el inicio de los síntomas asmáticos se produzca después de los 40, aunque puede suceder. El asma se caracteriza porque los bronquios y bronquiolos se estrechan. «Realmente lo que ocurre primero es un fenómeno de inflamación bronquial y esto es lo que origina el cierre bronquial. Por ello la clave es tratar la inflamación con fármacos como los glucocorticodes inhalados. Si el paciente precisa broncodilatadores es signo de mal control», asegura el Dr. Luis Manuel Entrenas, jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba.

No obstante, esta obstrucción de las vías aéreas es reversible total o parcialmente, bien de forma espontánea o gracias a la acción de los medicamentos. Sin embargo, hay pacientes que no mejoran con el tratamiento, y presentan síntomas persistentes. El 5% de los pacientes asmáticos lo padece grave. «Aunque disponemos de unas magníficas guías y de un tratamiento adecuado, el mal control de la enfermedad es una situación muy común (se estima en el 50% de los pacientes). Por muchas causas, pero aunque parezca increíble, la más frecuente es porque no usan la medicación», asegura el Dr. Entrenas.

La comercialización de nuevos tratamientos, en los últimos años, ha hecho que se mejore mucho el control de este subgrupo de pacientes. Pero todavía queda un largo camino por recorrer.

Con el fin de medir el riesgo que tiene un paciente de sufrir en un futuro un ataque de asma, se ha puesto en marcha el estudio científico denominado AIRQ en el que participan diez centros médicos, entre ellos el Hospital Quirónsalud Córdoba.

De hecho, es el único centro hospitalario andaluz que participa en esta investigación por la que durante los próximos meses se estudiará aproximadamente a unos 300 pacientes de asma de distintas características (más de 30 en Córdoba) para conocer diferentes parámetros de tratamiento frente a esta enfermedad crónica respiratoria.

En este sentido, Entrenas explica que «el fin de todos los tratamientos contra el asma es mantener la enfermedad bajo control». Dicho control lo definen las guías de tratamiento midiendo la ausencia de síntomas, una función pulmonar normal y la ausencia de exacerbaciones (los conocidos como ataques de asma). «Y tiene, a su vez, dos dimensiones: el control del paciente asmático en ese momento y el riesgo futuro», detalla el especialista, quien hace hincapié en que «el riesgo actual equivale al aquí y ahora. Se suele referir a los síntomas. Y el riesgo futuro que incluye la posibilidad de ataques de asma. Hasta ahora no existe un cuestionario que prediga la probabilidad de un ataque de asma que puede darse en cualquier paciente con esta enfermedad. Eso es lo que trata de validar este estudio, la versión española de este cuestionario», detalla.

En la práctica clínica es muy habitual que se pueda constatar la ausencia de síntomas de esta enfermedad y medir la función pulmonar, que es lo que se conoce en las guías actuales como control actual, pero no se dispone de ninguna herramienta que mida el riesgo de padecer en el futuro un ataque de asma. Así, en este estudio se prueba si los métodos ya validados en otros países son capaces de predecir en su versión en español el riesgo de crisis de asma.

«Las personas más vulnerables son aquellas que hayan tenido un ataque, ingreso, especialmente en UCI, previos. Pero no están exentos pacientes leves que requieran muy poco tratamiento», advierte el Dr. Entrenas.

«En esta enfermedad es importante estar controlado, pero también conocer que los ataques de asma son la principal causa de romper ese control de un paciente», añade el especialista.

«Hay pacientes que encuentran una situación de control actual importante –prosigue el jefe de servicio de Neumología–, pero no tenemos ninguna herramienta para predecir si en el futuro tendrán un ataque de asma». Por tanto, esta investigación es de gran importancia para conseguir los instrumentos que permitan conocer el riesgo de sufrir un ataque de asma y, sobre todo, evitar que llegue a ocurrir. Algo clave para esta enfermedad que afecta a alrededor de dos millones y medio de personas en España.

Y mientras tanto, «lo primero que hay que evitar es el tabaco ni hacer a los niños fumadores pasivos. Si un paciente tiene sensibilidad a algo debe evitarlo», aconseja el Dr. Entrenas, quien destaca que, «en cuanto al deporte, es adecuado, especialmente el aeróbico: natación, carrera, ciclismo. Habría que evitar el esfuerzo exterior en los días de alta contaminación y, si estoy sensibilizado a algún polen, evitarlo los días de mayor polinización consultando los niveles de polen y contaminación».