Descubrimiento
Consiguen trasplantar con éxito un hígado dañado tras ser reparado en una máquina durante tres días
El órgano funciona correctamente en el receptor un año después de la operación
En mayo de 2021 un paciente recibió un hígado donado. Estaba dañado, por lo que un equipo de médicos de Suiza lo conectó a una máquina durante tres días mientras lo “curaba” antes de realizar el trasplante, según un estudio publicado en “Nature Biotechnology”.
Hoy, este paciente hace vida normal, lo que abre la puerta a que a nivel internacional se reduzcan las listas de espera, al menos de este órgano. Algo clave, ya que por ejemplo en Reino Unido, un adulto espera de media 65 días para recibir un hígado y en España, 60, según el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido y la “Memoria actividad donación y trasplante hepático. España 2020″ de la ONT.
Para ello, el equipo dirigido por Pierre-Alain Clavien, director del Departamento de Cirugía Visceral y Trasplantes del Hospital Universitario de Zúrich, conservó el hígado fuera del cuerpo del donante y del receptor usando una máquina que han desarrollado.
Esta tecnología puede ampliar la cantidad de hígados disponibles para trasplante y, al mismo tiempo, permitir que la cirugía se programe con días de anticipación, lo que posiblemente salve vidas.
El equipo había probado el dispositivo durante varios años utilizando hígados de cerdo y de seres humanos daños que no eran aptos para el trasplante. Pero esta es la primera vez que se prueba en personas un hígado humano reparado con el dispositivo construido.
Existe una brecha cada vez mayor entre la demanda de trasplantes de hígado y el número disponible a nivel mundial. Sin embargo, dado que la práctica clínica actual es almacenar hígados de donantes durante no más de 12 horas en hielo antes del trasplante, la cantidad de órganos que pueden ser compatibles con los receptores de trasplantes es limitada.
Pierre-Alain Clavien y sus colegas han demostrado que la preservación de un hígado humano durante tres días fuera del cuerpo utilizando una máquina que realiza una técnica conocida como ‘perfusión normotérmica ex situ’ es posible. Además, no necesita conservación en frío. Todo un hito. Y es que la máquina contiene tubos que alimentan oxígeno y nutrientes, transportados en sangre donada, al hígado a una presión y temperatura que se encuentra en el cuerpo.
A su vez, la máquina simula los movimientos del cuerpo, lo que evita que las células del hígado mueran.
El equipo recibió el 19 de mayo el órgano de la donante: una mujer de 29 años que tenía sepsis causada por la reacción de su sistema inmunológico a múltiples infecciones bacterianas. Además, tampoco podía digerir alimentos y el órgano presentaba un tumor de cuatro centímetros de naturaleza poco clara.
Este posible injerto hepático fue rechazado por otros hospitales, principalmente porque requería un trabajo de diagnóstico de la lesión hepática que no era posible hacer inmediatamente y por la sepsis en curso en el donante.
El órgano se trasplantó a un paciente que padecía varias enfermedades hepáticas graves, como cirrosis avanzada e hipertensión portal grave, tal y como precisan los autores del estudio.
El hígado trasplantado funcionó normalmente, con lesiones mínimas, ya que el flujo sanguíneo de los vasos sanguíneos internos volvió, y solo se necesitó un régimen inmunosupresor básico durante las primeras seis semanas después del trasplante.
El paciente recuperó rápidamente la calidad de vida sin ningún signo de daño hepático, como rechazo o lesión de las vías biliares. Y en la actualidad, un año después del trasplante, se encuentra bien.
Según los autores la máquina podría adaptarse fácilmente para el trasplante de otros órganos. De hecho, ya están haciendo pruebas en riñones.
Pese a lo prometedor de la técnica, los autores advierten que se necesita más investigación, con más pacientes y períodos de observación más prolongados. Aunque creen que esta máquina podría ser ampliamente utilizada en unos dos años aproximadamente.
Estos resultados sugieren que dicha tecnología no solo puede aumentar la cantidad de órganos de donantes potenciales que están disponibles, sino también mejorar la posibilidad de tratar los órganos de donantes con medicamentos antes del trasplante.
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