Neumología

Mayor esperanza de vida para pacientes con enfisema grave

Las válvulas endobronquiales reducen la dificultad para respirar y para hacer ejercicio

Mayor esperanza de vida para pacientes con enfisema grave
Mayor esperanza de vida para pacientes con enfisema graveDreamstimeDreamstime

Tos, expectoración habitual, sensación de falta de aire, catarros frecuentes... Los pacientes con enfisema sufren una destrucción progresiva de sus alveolos pulmonares. Al destruirse las fibras elásticas del pulmón, el aire queda atrapado y éste se va haciendo más grande. El resultado es una sensación continua de falta de aire y un envejecimiento acelerado de este órgano. Hay que tener presente que los pulmones se hinchan (durante la inspiración) y se deshinchan (durante la espiración) alrededor de 20.000 veces al día (unos 7 millones y medio de veces en un año) por lo que deben ser muy elásticos para cambiar constantemente de tamaño.

Humo de tabaco

Las causas más comunes del enfisema son la aspiración de humo del tabaco y/o de otras sustancias (combustibles, carbón, leña, contaminación, etc.). Hasta ahora esta patología se trataba con broncodilatadores, corticoides, rehabilitación e incluso con cirugía de reducción pulmonar. Para determinados casos, y desde hace unos años, se aborda con éxito mediante una novedosa técnica: la colocación a través de broncoscopia de válvulas Zephyr, que ocluyen la vía aérea de una zona del pulmón distendido.

«Su colocación permite que el pulmón afectado disminuya de tamaño y que funcione de forma más eficaz», explica la doctora Lorena Comeche, jefa asociada del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, que acaba de incorporar este innovador tratamiento.

«Los pacientes indicados a los que se ha implantado este dispositivo muestran menor dificultad para respirar, mayor capacidad de realizar ejercicio, mejora en su función pulmonar y más calidad de vida», afirma.

No todos los pacientes con enfisema se pueden beneficiar de la utilización de esta técnica, sino que «está indicada en casos de hiperinsuflación asociada a enfisema grave con zonas del pulmón con poca o ninguna ventilación colateral. La selección de los pacientes es fundamental para que el tratamiento sea eficaz», recalca el doctor José María Echave-Sustaeta, jefe del Servicio de Neumología del centro madrileño. Así que antes de implantar estas válvulas es necesario realizar pruebas de función pulmonar, cuantificación radiológica del enfisema y análisis de los volúmenes de los lóbulos pulmonares a través de un software específico.

Si se opta por colocar válvulas Zephyr hay que realizar una broncoscopia. Consiste en la introducción a través de las fosas nasales de un broncoscopio para explorar el interior de las vías respiratorias. Es una pequeña sonda flexible, habitualmente de medio centímetro de grosor, que tiene una cámara en su extremo y un canal interno. La cámara permite visualizar el interior del árbol respiratorio y el canal interno permite aspirar secreciones e introducir catéteres para tomar muestras o realizar tratamientos. «Desde las primeras horas el paciente mejora clínicamente, en la radiografía de tórax se muestra una reducción de tamaño y los estudios de seguimiento muestran una disminución de la dificultad respiratoria y de la función pulmonar, mejores crisis y agudizaciones y una mejora de la calidad de vida», detalla.

Sospecha clínica

El enfisema es una manifestación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que se diagnostica mediante una espirometría. Es frecuente que se presente con una combinación de bronquitis crónica y enfisema. Si los bronquios se llenan de moco se sufre de bronquitis crónica. Se diagnostica a través de la clínica y de pruebas de imagen y el enfisema mediante pruebas por la imagen y otras de función pulmonar.

«Lo habitual es que los fumadores desarrollen primero bronquitis crónica y enfisema, y cuando ésta sea de determinada magnitud aparezca la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Por tanto, una espirometría que no evidencie esta patología no implica que no tengamos daño pulmonar asociado al humo del tabaco», explica el doctor Echave.

Insiste en que la sospecha clínica es muy importante, porque alrededor del 75% de los pacientes no han sido diagnosticados, lo que quiere decir, que desconocen que padecen la enfermedad, y, por tanto, no acceden a cuidados y tratamientos que han demostrado beneficios muy considerables. «El propio tabaquismo –añade– puede producir síntomas respiratorios crónicos que pueden hacer pensar que los síntomas se deben solo al tabaco. Esto se debe evitar haciendo siempre una espirometría».

Una vez hecho el diagnóstico, el médico establece el tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica que sufre el paciente, lo que va a condicionar el tipo de tratamiento que necesita recibir. «Se consideran casos más graves cuando existe historia previa de asma, mayor dificultad respiratoria o del número de agudizaciones (lo que se denominan crisis o exacerbaciones que hayan necesitado tratamiento adicional con antibióticos y/o corticoides) y si han existido ingresos hospitalarios. También según los resultados de la espirometría», explica.

La cuarta causa de mortalidad en España

En 2019 en España tenían diagnosticado EPOC más de tres millones de personas. Evitando la inhalación de humo del tabaco y/o las demás fuentes de humo ambiental, se evita su aparición.

Es una enfermedad crónica que puede ser progresiva: cada vez los bronquios están más obstruidos y el pulmón más destruido. Los tratamientos que hay disponibles permiten reducir los síntomas asociados (dificultad respiratoria, tos, expectoración...); mejorar la calidad de vida; reducir las crisis, disminuir el número de ingresos y la progresión (pérdida acelerada de función pulmonar) así como mejorar la supervivencia (los años de vida).