Opinión
Cirugía de la disfunción eréctil (1)
Existen pocas opciones de tratamiento quirúrgico para la disfunción eréctil (DE). Su tratamiento tiene por objeto proporcionar a la persona una erección suficiente para mantener relaciones sexuales. La cirugía puede ser una opción si los medicamentos y la bomba de vacío no han funcionado. El tratamiento quirúrgico más habitual es el implante de pene.
La mayoría de los médicos inician el tratamiento de la DE con fármacos. Si no funcionan, se suele recomendar otras terapias, como inyecciones intracavernosas que se introducen dentro del pene para provocar una erección. Si estas terapias no dan resultados satisfactorios, se valoran las opciones quirúrgicas que son el último escalón del tratamiento.
Existen dos tipos de cirugía: los implantes de pene y la reconstrucción vascular. Esta última se realiza rara vez puesto que tiene unas indicaciones muy específicas (casos concretos de traumatismo en el pene o en la pelvis). La intervención quirúrgica más habitual para la DE con muy buenos resultados es la colocación de una prótesis de pene. La mayoría de estos dispositivos están diseñados para inflarse para la erección y desinflarse para un estado flácido. Según la Asociación Americana de Urología, las prótesis de pene presentan los mayores índices de éxito y satisfacción entre las opciones de tratamiento.
También debemos siempre recomendar alguna de las siguientes estrategias de cambio del estilo de vida, aparte de la medicación o la cirugía: dejar de fumar, limitar o dejar el alcohol, aumentar la actividad física, mantener un peso corporal moderado y una alimentación saludable.
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