Día Mundial contra el Cáncer
La aplicación de calor, una alternativa sin cirugía para el tumor de mama
La termoablación por microondas es para aquellos casos que no pueden ser operados
El cáncer de mama es, con 35.001 casos nuevos, el segundo tumor más diagnosticado en España, solo por detrás de los de colon y recto (42.721 nuevos casos). Se trata de una enfermedad que se inicia debido al crecimiento descontrolado y anormal de células del tejido mamario (células del epitelio glandular) que forman un tumor. Si bien es más frecuente en mujeres (99%), también puede afectar a hombres, pero en muchísima menor proporción.
Respecto a la mortalidad, aunque ha descendido en los últimos años gracias a los programas de cribado y a la mejora de los tratamientos, el cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en España en las mujeres. En 2020 fallecieron 6.572.
La cirugía, el pilar tradicional de su tratamiento, ha sido fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Sin embargo, las complejidades inherentes a algunos casos han impulsado la investigación y desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas.
«El tratamiento del cáncer de mama a menudo implica la cirugía, seguida a veces de quimioterapia o radioterapia. Sin embargo, en determinados casos en los que la cirugía puede presentar desafíos significativos, ya sea debido a la edad de la paciente, problemas de salud subyacentes o la negativa de la paciente a operarse, la termoablación por microondas representa una alternativa para casos seleccionados de tumores de mama», afirma el doctor Miguel Chiva de Agustín, médico radiólogo del Servicio de Radiología del Hospital Ruber Internacional, en Madrid.
En concreto, esta técnica está indicada en tumores benignos o malignos de mama que no pueden ser operados y se le ofrece a la paciente esta técnica alternativa.
«Las situaciones clínicas más habituales son: pacientes de edad avanzada, que no pueden ser anestesiados, aquellos que además del cáncer de mama tienen otro cáncer sincrónico que contraindica la cirugía, y también se pueden beneficiar los pacientes con enfermedad metastásica a los que habitualmente no se los opera porque se trata de una enfermedad avanzada. Y por último en aquellos pacientes en tratamiento con hormonoterapia a los que no se les plantea la cirugía y posteriormente aparece una resistencia al tratamiento hormonal y deja de ser efectivo», precisa el médico radiólogo.
Pero, ¿en qué consiste? Se trata de una técnica utilizada en medicina para tratar tumores mediante la aplicación controlada de calor generado por radiación electromagnética en la banda de frecuencia de microondas (900-2.450 megahercios –MHz–).
Durante el procedimiento, «insertamos una antena de microondas guiada por ecografía directamente en el tumor. Las microondas emitidas desde la punta de la antena crean un campo eléctrico que provoca un aumento de temperatura en las moléculas de agua del tejido. Este calor causa necrosis tumoral, destruyendo las células del tumor», detalla el doctor.
Habitualmente se realiza «en un solo procedimiento», pero si queda tumor residual, especialmente en aquellos tumores muy irregulares o complejos, «se puede realizar una segunda y hasta una tercera ablación», precisa.
Los resultados son más que significativos. Así, esta técnica ha demostrado ser beneficiosa en aplicaciones clínicas en diversos órganos como tiroides, riñones e hígado, por ejemplo.
Pero el éxito va ligado al tamaño del tumor. En concreto, la termoablación resulta «muy eficaz en tumores pequeños: casi el 100% de eficacia, es decir ablación completa, en tumores menores de un centímetro. Y entre un 90 y un 95% de tasa de ablación completa en tumores de hasta dos centímetros de tamaño», asegura el médico radiólogo, que incide en que esta técnica «no se debe realizar en tumores de más de tres centímetros porque es probable que se trate de forma incompleta».
Otras de sus ventajas, como destaca el radiólogo, es que se hace con «anestesia local y bajo control ecográfico, y es una técnica rápida, ya que el tiempo que está actuando el calor es entre cuatro y siete minutos. El procedimiento –en total– dura menos de una hora desde que entra a la sala de ecografía».
Además, «se realiza de manera ambulatoria», de modo que al finaliza el proceso, y tras una hora en observación, el paciente puede irse a su casa.
En los meses siguientes si bien se deben realizar estudios de seguimiento como ecografías y mamografías, para confirmar la eficacia de la ablación y garantizar la completa eliminación del tumor. Este seguimiento es esencial para evaluar la respuesta del tejido mamario al tratamiento a lo largo del tiempo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar