Cargando...

Salud

Así funciona la personalización frente al cáncer de próstata metastásico

La medicina personalizada adapta el tratamiento a las características del tumor

Las nuevas herramientas diagnósticas permiten actuar con mayor precisión FREEPIKLA RAZÓN

Noviembre es el mes de la concienciación de la salud masculina bajo el reclamo de Movember, una buena excusa para poner sobre la mesa la necesidad de realizar controles médicos que permitan al varón anticiparse a la enfermedad oncológica más común entre ellos.

Las cifras son contundentes, ya que se estima que uno de cada siete hombres tendrá cáncer de próstata a lo largo de su vida y que en 2025 se diagnosticarán más de 32.000 nuevos casos en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). «De ellos, afortunadamente entre el 85-90% de los mismos se detectan en una fase localizada o localmente avanzada, es decir, el tumor queda confinado en la próstata. Esto permite lograr unas tasas de supervivencia muy buenas a través de cirugía o tratamiento. Por ello, el diagnóstico precoz resulta determinante, porque el paciente resulta potencialmente curable», asegura el doctor Alfredo Rodríguez-Antolín, jefe del Servicio de Urología en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

Revisiones periódicas

Para lograr ese diagnóstico precoz las revisiones periódicas son la estrategia más eficaz, ya que el cáncer de próstata es un tumor silente y progresivo que durante sus primeras etapas no da síntomas visibles. «Solo se descubre mediante dos pruebas muy sencillas que pueden realizarse en la consulta: son el tacto rectal y un análisis en el que se mide el valor del PSA (antígeno prostático específico). Ambas cuestiones nos ponen en el rumbo de diagnosticar un tumor intraprostático antes de que dé síntomas», afirma el doctor Rodríguez Antolín, quien aconseja que estas revisiones se realicen, «por lo general, a partir de los 50 años, aunque se recomienda empezar unos cinco o diez años antes en el caso de tener antecedentes familiares de este tumor o cuando se sospeche de alguna alteración genética».

Una vez dentro de ese circuito, los varones deben mantener estos controles de forma periódica. «Las revisiones dependerán del potencial riesgo de la persona. Si los valores de PSA son bajos y el tacto rectal es normal, puede realizarse cada dos años, mientras que si hay un PSA alterado, por encima de tres o cuatro, las revisiones suelen ser anuales», apunta el urólogo.

Fase metastásica

A diferencia de este escenario, hay algunos tumores de próstata que debutan de forma muy agresiva o en fase metastásica. «Cuando hay síntomas como obstrucción urinaria, sangrado en la orina o en el semen o dolores óseos, suele implicar que la enfermedad ha salido de la próstata», reconoce el doctor Rodríguez Antolín. En concreto, se estima que alrededor del 5-7% de los tumores de próstata debutan en fase metastásica. Esto suele ocurrir en pacientes de más edad que no han participado en programas de screening; en varones jóvenes a los que se les detecta metástasis ósea por otras pruebas médicas o en individuos que, a pesar de no tener un PSA muy elevado desarrollan una metástasis», explica el doctor David Olmos, oncólogo del Hospital 12 de Octubre, responsable del Grupo Genómica y Terapéutica en Cáncer de Próstata del Instituto de Investigación i+12.

A esto se añade que, incluso cuando el cáncer de próstata se trata con éxito, pueden aparecer recidivas posteriores en forma de metástasis. «En nuestro país se estima que en torno a un 10% de pacientes con enfermedad localizada y accediendo al mejor tratamiento posible recaerá y acabará desarrollando metástasis en los ganglios o en el hueso, que son los dos lugares más comunes», advierte el oncólogo médico.

El papel de la genética

La buena noticia es que «las nuevas técnicas de imagen nos permiten diagnosticar la metástasis antes, es decir, con un volumen mínimo de células tumorales, mientras que las pruebas genéticas nos ayudan a actuar con mayor precisión, sabiendo qué características genéticas tiene ese tumor o si hay alteraciones en genes reparadores del ADN», asegura el oncólogo médico. Con toda esa información resulta más certero decidir el camino a seguir según las individualidades de cada tumor, «ya que disponemos de múltiples opciones de tratamientos en función de la cantidad de enfermedad que hay, de las alteraciones genéticas que se identifiquen y del patrón de expresión de algunos marcadores. Es lo que denominados medicina personalizada, que está cambiando la manera de enfrentarnos al cáncer de próstata metastásico y nos permite obtener mejores resultados en cuanto a pronóstico y calidad de vida del varón, hasta el punto de que se ha quintuplicado la supervivencia de estos pacientes», reconoce el doctor Olmos.

Gracias al avance de la investigación y a las nuevas herramientas diagnósticas, ambos expertos coinciden en que el objetivo a medio y largo plazo es cronificar la enfermedad. Y se trata de un deseo cada vez más real, permitiendo que los pacientes puedan tener una buena calidad de vida durante muchos años.