El año pasado, según información proporcionada por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, se registraron 44,000 nuevos casos de depresión resistente al tratamiento en España. Esta condición, una de las más comunes dentro del espectro de trastornos de salud mental, a menudo no responde a las terapias estándar disponibles.

Por consiguiente, hay un importante impulso en la investigación para encontrar nuevas herramientas que aborden la depresión. En los últimos años, ha surgido un renovado interés en un área que durante mucho tiempo estuvo marcada por tabúes y regulaciones en varios lugares del mundo: los psicodélicos.

Un equipo de investigadores del Reino Unido ha realizado un estudio que ha sido publicado en la revista especializada The BMJ. Según este estudio, se ha sugerido que la psilocibina, un componente químico presente en los hongos psicodélicos y responsable de sus efectos alucinógenos, podría ser una opción prometedora en el tratamiento de la depresión.

El estudio

Este análisis se basó en la revisión de siete ensayos clínicos que involucraron a un total de 436 pacientes diagnosticados con trastorno depresivo, con una mayoría del 52% de mujeres y un 90% de participantes de etnia blanca. Utilizando un enfoque estadístico conocido como "g de Hedges", se evaluó la eficacia del tratamiento con psilocibina en comparación con la administración de placebo, microdosis de psicodélicos o la administración de niacina (vitamina B).

Los investigadores concluyeron que el tratamiento con psilocibina mostraba un tamaño de efecto significativo según la medida de la "g de Hedges". Esto indica que el tratamiento con psilocibina superaba de manera notable en efectividad a las alternativas examinadas en los diversos estudios incluidos en este análisis.

Después de un análisis más detallado, se observó que la psilocibina demostraba una mayor eficacia en el tratamiento de la depresión secundaria, que está vinculada a otra condición subyacente, en comparación con la depresión primaria, que se presenta de manera independiente a otras enfermedades del paciente. Además, se encontró una asociación entre una mayor efectividad del tratamiento con psilocibina y la edad avanzada de los pacientes, así como el uso previo de sustancias psicodélicas por parte de los mismos.

Los investigadores identificaron la falta de diversidad en la población estudiada como la principal limitación del estudio. Subrayaron la necesidad de llevar a cabo más investigaciones sobre la eficacia del tratamiento con psilocibina para la depresión en poblaciones más diversas. También señalaron el desafío de replicar las condiciones controladas de los ensayos clínicos en entornos del mundo real, donde la administración de psilocibina no siempre puede tener lugar en entornos tan controlados y seguros.

A pesar de los resultados prometedores, los autores reconocieron que existen importantes obstáculos, incluidas las barreras regulatorias, para la incorporación de la psilocibina como tratamiento antidepresivo en la práctica clínica habitual. Además, destacaron que este estudio no responde completamente a las interrogantes sobre la efectividad de los hongos alucinógenos en entornos del mundo real, y que estas preguntas deberán ser abordadas por futuras investigaciones.