
Adherencia
Conservar el trasplante con ayuda del farmacéutico
El proyecto JunTOS busca reducir el porcentaje de pacientes que no consigue cumplir correctamente su tratamiento, comprometiendo el órgano

Juan Barceló tiene 78 años y está trasplantado de riñón desde hace siete meses. Fue el 3 marzo de 2025 cuando recibió la llamada para acudir al hospital y recibir el de un donante. Un hecho que, desde entonces, ha mejorado considerablemente su salud y, por extensión, su calidad de vida, pues antes cada noche debía someterse durante horas a diálisis peritoneal, imprescindible para «limpiar» su sangre y seguir viviendo.
«Estoy bien, tengo más fuerza, me encuentro mejor y dispongo de mas tiempo, porque los dos años últimos dormía con la máquina, porque necesitaba 8 horas y media cada noche de diálisis y si quería irme unos días tenía que llevarme la máquina, pero es un aparato grande. Y exigía mucha higiene y dedicación para evitar posibles infecciones», cuenta.
Todo eso ha quedado para el recuerdo pero, a cambio, ahora tiene que tomarse 18 pastillas diariamente para evitar que su cuerpo rechace el nuevo órgano. Una tarea que no siempre es fácil, no ya por «desgana» o falta de voluntad, sino por el volumen de medicación, porque pueden producirse equivocaciones, repeticiones u olvidos.
Una realidad que tener en cuenta, pues España es líder en trasplantes con casi 6.000 de órgano sólido al año. Y es que el éxito de estos trasplantes, que pueden llegar a alargar décadas la supervivencia de los pacientes, depende en buena medida del correcto cumplimiento de los tratamientos inmunosupresores para evitar el rechazo al órgano. De hecho, la falta de adherencia a este es la principal causa de rechazo. De hecho, entre el 20% y el 54% de los pacientes no consigue llegar a cumplir adecuadamente su tratamiento, comprometiendo el éxito del trasplante y poniendo en riesgo su propia vida.
Entre el 20% y el 54% de los pacientes no consigue cumplir correctamente el tratamiento
Para tratar de resolver esta cuestión, el Consejo General de Farmacéuticos y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) han unido fuerzas en el Proyecto JunTOS que busca mejorar la adherencia a los tratamientos por Trasplante de Órgano Sólido (TOS). Se trata de una colaboración entre farmacia hospitalaria y comunitaria que busca mejorar la adherencia en estos pacientes. Actualmente está en marcha en tres comunidades autónomas: Baleares, Cantabria y Canarias.
Porque, por mucha intención que se ponga, hacerlo todo bien no siempre es fácil: «Tengo una lista con indicaciones de todas las pastillas que me tengo que tomar en el desayuno, la comida y la cena. Tomo tres una hora antes de desayunar. Al cabo de una hora puedo comer algo. Y a mediodía me todo unas cuantas más. Por la noche me tomo otra pastilla antes de la cena, y una hora antes y una hora después de hacerlo no puedo comer. Es decir, en dos horas no puedo tomar nada. Estas son para siempre», enumera Juan Barceló. Y eso que ya le han quitado tres desde que recibió el trasplante.
Olvidar su importancia
Pero, tal y como cuenta Sebastiana Sureda, farmacéutica comunitaria de Manacor, en Mallorca, «es fácil que se tomen bien los medicamentos al principio, pero también que a lo largo de los años se olviden de la importancia».
Los pacientes que entran en el proyecto reciben cuatro visitas por parte de los farmacéuticos (la inicial en el hospital y después, a los 6, 12 y 18 meses en la oficina de farmacia). En cada una se les pasan una serie de cuestionarios para evaluar los conocimientos que tienen sobre la medicación inmunosupresora que toma, la adherencia que presenta al tratamiento y la calidad de vida.
En su farmacia Sureda sigue actualmente a siete pacientes en seguimiento: uno de cohorte 1 (trasplantado desde hace 6 meses) y el resto de cohorte 2. «Les enseñamos todos sus medicamentos, si sabe para qué sirven, cuándo se toma y por qué motivo. También les preguntamos los recursos sanitarios usados (cuántas veces ha ingresado últimos meses o asistido a urgencias), y también su calidad de vida: por ejemplo, si es capaz de asearse solo, andar, ser autónomo, como se siente del 0 al 10... Y así podemos ver con las siguientes entrevistas si su calidad de vida esta igual, mejor o peor. Lo de la calidad de vida y el grado de satisfacción se lo preguntamos en todas las visitas».
La acogida de la iniciativa, asegura, ha sido «muy muy buena. Si alguno se ha negado ha sido por falta de tiempo o quizás porque ha considerado que la tomaba bien y no le interesaba, pero la mayoría ha tenido una aceptación muy buena», cuenta Sureda. «El proyecto empezó hace cuatro años, y a reclutar pacientes en junio de 2024. El objetivo es ver si la colaboración entre farmacia hospitalaria y comunitaria hace que mejore la adherencia al tratamiento», continúa.
A día de hoy hay 219 pacientes reclutados en las tres comunidades (97 en Baleares). Se han incluido pacientes trasplantados de órgano sólido: riñón (64%), hígado (17%), pulmón (4%), corazón (7,5%), páncreas (1%). «Se ha visto que al principio son muy adherentes. A los seis meses esta es máxima, pero con el tiempo dejan de serlo –explica Gemma Arrufat, farmacéutica hospitalaria en el Hospital Son Espases de Mallorca–. A partir de los seis meses disminuye la adherencia del 20% hasta el 50%, y que uno de cada dos trasplantados no sea adherente es importante».
Aunque el reclutamiento sigue en marcha hasta finales de 2026, en abril de 2025 se realizó un análisis intermedio: «De momento disponemos de datos descriptivos de los pacientes que en la fecha de corte estaban incluidos en el estudio. Destaca que la mayoría son hombres (72% hombre vs 28% mujeres) y más del 60% tienen entre 50-70 años. Cerca del 90% son independientes para las actividades de la vida diaria.
También se ha visto que el grado de preocupación por el trasplante es mayor en los pacientes recién trasplantados. «Al inicio del estudio un 71% de pacientes eran adherentes. Disponemos de resultados de pocos pacientes a los seis meses de estudio, pero muestran que el 100% de ellos son adherentes», asegura Arrufat.
En su opinión, «para alcanzar una buena adherencia es fundamental el papel activo del propio paciente en la gestión de su enfermedad, que la conozca y entienda, al igual que el tratamiento prescrito y la importancia de tomarlo correctamente».
Mejorar la adherencia
La conclusión es que la aportación de los farmacéuticos a la mejora de la adherencia tras un trasplante se ha demostrado en un elevado número de publicaciones a lo largo del tiempo. Por ello, los farmacéuticos hospitalarios y comunitarios, en colaboración con el equipo de trasplante, podría ser un adyuvante para el paciente, garantizando la continuidad asistencial, y el seguimiento farmacoterapéutico del paciente.
«Esperamos obtener buenos resultados con mejoras de adherencia y poder trasladar el proyecto a todas las comunidades autónomas, para que todos los pacientes trasplantados puedan beneficiarse de la atención farmacéutica tanto en el ámbito comunitario como hospitalario», concluye Arrufat.
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