Política

Moncloa filtra optimismo ante un "parar y resetear" con Junts

La "sentencia" de Puigdemont. Junts resuelve hoy su encrucijada mientras el equipo de Sánchez les resta relevancia y valentía en la ruptura

Puigdemont avisa de "las consecuencias de la manipulación y la mentira" en sociedades democráticas
Puigdemont avisa de "las consecuencias de la manipulación y la mentira" en sociedades democráticasEuropa Press

A última hora de ayer domingo, los principales mandos del Gobierno y del PSOE tuvieron que silenciar los grupos de mensajería instantánea de sus terminales móviles porque rallaba la saturación el sinfín de notificaciones. En tiempo real, todos ellos fueron comentando el posible desenlace de la reunión de la permanente de Junts, convocada por Carles Puigdemont en vísperas de una cita en la que se espera que dicte una sentencia final sobre la legislatura: condena o absolución. La Moncloa, a pesar del ruido y de los rumores contradictorios, mantienen el «optimismo».

Distintos pesos pesados del Gobierno, consultados por LA RAZÓN, insisten en sostener que no habrá ruptura. Que lo que saldrá de esta reflexión será una especie de «reseteo», un «ni sí ni no» como fórmula para superar su encrucijada. «Un romper, pero no romper». De tal manera que ganen tiempo con la decisión de replantear la relación, los objetivos, el método.

Puigdemont y Nogueras

Atendiendo a lo que explican los portavoces de Moncloa, sobre lo que hoy ejecutará Carles Puigdemont, Junts pariría otro ratón. La cúpula se reúne hoy en Perpigñán para determinar, o al menos plantear, la ruptura de su apoyo político al Gobierno de Pedro Sánchez, y someter la decisión a consulta de su militancia.

Junts lleva meses subiendo el tono: ultimátum, advertencias y una creciente tensión tanto por parte de su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, («el tiempo de los ultimátum ha terminado») como desde el propio liderazgo de Puigdemont.

La justificación es que hay un incumplimiento constante de los compromisos adquiridos por parte del Gobierno, que las dos partes, por cierto, saben que no se puede subsanar, aunque desde el lado socialista se insista en decir que más adelante se observará que hay frutos de la negociación. Si Junts optara por buscar nuevas excusas, y mantener un apoyo condicionado, erosionará de nuevo su credibilidad ante sus bases más exigentes. Y dentro del partido hay cada vez más dirigentes que son plenamente conscientes de ello.

Pleno del Congreso de los Diputados. Míriam Nogueras © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Pleno del Congreso de los Diputados. Míriam Nogueras © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. Alberto R. RoldánFotógrafos

Sin un posicionamiento claro, como Moncloa está filtrando que sucederá, corren el riesgo de aparentar debilidad o falta de liderazgo, justo cuando la teatralización del órdago, como dicen oficialmente en Moncloa, ya se ha puesto en marcha. «La nueva teatralización de Perpigñán». Salga como salga el órdago, la realidad es que en el clima cada vez huele más a elecciones en el primer semestre del año. Así lo ven en el PSOE y también entre todos sus socios, salvo Sumar que guarda un silencio cómplice ante la crisis interna que libran y la necesidad de mantener los sillones que ocupan en el Consejo de Ministros.

«De la reunión de hoy no va a salir la decisión final de apoyar una moción de censura instrumental para convocar elecciones y echar al presidente», insiste el argumentario oficial de Moncloa a horas de que Puigdemont emita su sentencia. Que les apreten un poco más no tiene mayor importancia porque en Moncloa sostienen que todavía están a tiempo de presentar, que no de aprobar, los Presupuestos, y que les vale el BOE para seguir gestionando, que no gobernando.

En cualquier caso, aunque intenten disimular, la debilidad de Sánchez es creciente, diga lo que diga hoy Puigdemont. El Gobierno cree que ganar tiempo le beneficia, y que estamos ante una crisis que tiene más de espectáculo que de sentencia.

Las elecciones autonómicas y Vox

Internamente, la resolución de esta crisis también puede abrir grietas en los sectores más duros de Junts, que reclaman que no se diluya el mensaje. Mientras que los pragmáticos defienden la opción de seguir negociando. En otro orden de cosas, Vox parece seguir haciendo de eco a lo que más le conviene a Sánchez. Ayer se anticipó en ratificar que no apoyarán una moción instrumental en las condiciones que pueda plantear Pugidemont (de lo que se ha hablado es de colocar a un independiente para que convocara elecciones).

El PP no pierde oportunidad para indicar que Vox vuelve a las andadas, y que, aunque finge combatir al independentismo, en realidad lo que hace es intentar ganar tiempo pensando más en su interés de partido que en el interés general. Los de Abascal creen que retrasar las elecciones les viene bien porque el tiempo sí que juega a su favor, ya que la polarización y el discurso cada vez más crispado por parte de Sánchez les servirá para seguir engordando a su electorado. Las elecciones autonómicas son una prueba para la gestión de los populares y el partido de Santiago Abascal confía en que en gobiernos como el de Extremadura, Castilla y León o Andalucía les necesiten.