Sanitarios

¿A cuánto asciende el déficit de médicos en las prisiones españolas?

La falta de médicos es del 66,86%, casi tres puntos más que en junio de este año, denuncia Acaip-UGT. Hay centros penitenciarios sin plazas cubiertas y otros en lo que este déficit llega al 90%

Imagen de la prisión de Picassent (Valencia)
Imagen de la prisión de Picassent, en Valencialarazon

El derecho a la salud es un derecho universal que no puede verse limitado por la privación de libertad. Sin embargo, uno de los mayores problemas, si no el que más, que presenta la Sanidad penitenciaria en nuestro país es la falta de médicos. Los datos hablan por sí solos.

ACAIP-UGT, con motivo de la celebración de la patrona de instituciones penitenciarias, alerta del grave problema de personal al que se enfrentan los centros penitenciarios españoles. Según los datos del portal de transparencia, el déficit de personal está situado en el 13,57%, pero la situación es especialmente preocupante en el área sanitaria en la que mes a mes aumentan las vacantes situándose en septiembre en el 66,86%, casi tres puntos más que en junio de este año.

"Los peores centros, en cuanto a déficit de médicos, son centros como Murcia, Tenerife o Cáceres, que no tienen ninguna plaza cubierta y en otros como Zuera, Castellón II o Valladolid, el déficit es del 90%", denuncian desde Acaip-UGT a este suplemento.

Un dato destacado también es el de "Valencia, la prisión más grande de España con 2.000 internos, solo cuenta con tres médicos", aseguran a A TU SALUD.

"El problemas es la falta de médicos. En cuanto al déficit de enfermeros, la situación es más o menos similar a la del resto de áreas: entorno al 13%", precisan.

La falta de médicos incide en la atención que reciben los internos y en la seguridad de los centros. Los facultativos en prisión tienen una importancia vital para su normal funcionamiento. Deben atender a los internos a su ingreso y hacer una valoración clínica y cribado para evitar problemas de salud pública en el interior, como brotes de enfermedades infecciosas o parasitarias.

Además, es imprescindible una detección precoz de enfermedades mentales y una correcta administración de fármacos, explican en un comunicado. Por tanto, no se trata solo de la atención médica al recluso, sino que los médicos intervienen en muchos aspectos regimentales y de tratamiento de las personas privadas de libertad.

La población reclusa tiene unas características muy diferentes a la población general, hay un gran número de internos que sufren patologías infecto contagiosas y adicciones que requieren una atención concreta y especializada, Pero, por encima de todo nos encontramos con una población reclusa en la que el 30% recibe algún tipo de medicación psiquiátrica, que debe ser supervisada por los profesionales médicos.

La detección de enfermedades o brotes infecciosos debe ser una prioridad en un entorno cerrado como son las prisiones.

Desde ACAIP-UGT "entendemos que la solución del problema pasa por un compromiso por parte de la administración penitenciaria y de las propias Comunidades Autónomas de no dejar caer el sistema sanitario penitenciario. No es solo una cuestión de atención médica, se trata de la más elemental asistencia y de no establecer una doble pena a quienes se encuentran privados de libertad, sin obviar la grave alteración del orden y los problemas de seguridad que genera en los centros penitenciarios la falta de atención sanitaria", inciden.

Déficit en otras áreas

Además, la situación en otras áreas también preocupa, las plazas ofertadas apenas alcanzan las bajas vegetativas que se producen, en un escenario que aún no se ha recuperado de la falta de convocatoria de empleo público y que arrastra un déficit cercano al 15% desde hace años. La media de edad de los trabajadores de los centros penitenciarios españoles supera los 50 años y casi el 13% de los mismos ha superado la barrera de los 60, por lo que se hace imprescindible una planificación adecuada de recursos humanos que prevea la avalancha de jubilaciones de trabajadores públicos que se va a producir en los próximos cinco años.